La pareja de Hollande, ingresada por depresión

La periodista Valérie Trierweiler, pareja de François Hollande, se encuentra hospitalizada por depresión en París desde el pasado viernes cuando transcendió el idilio del presidente francés con la actriz Julie Gayet. La todavía primera dama de Francia, título oficioso sin valor institucional, será dada de alta en las próximas horas tras ser sometida a exámenes médicos y una cura de reposo, según indicó ayer un portavoz del Elíseo. «Necesitaba descanso y fue hospitalizada para ser examinada», declaró Patrice Biancone, consejero personal de Trierweiler, que vive en un ala del palacio del Elíseo distinta a la que ocupa el jefe del Estado, según informaciones de la prensa francesa. Preguntado por el futuro de la relación de la pareja presidencial, que vive en unión libre sin pasar por el altar ni el juzgado, Biancone respondió que «ella decidirá luego lo que quiere». Según el diario 'Le Parisien', la pareja se ha dado varios días para clarificar la situación.

En su única reacción a la revelación por el semanario 'Closer' de su amor secreto, Hollande comunicó el mismo viernes que deploraba «profundamente los ataques al respeto de la vida privada al que tiene derecho como todo ciudadano». Sin desmentir la veracidad de la información añadió que estudiaba emprender acciones legales.

La hospitalización de Trierweiler, de 48 años, supone un nuevo golpe duro para la imagen de Hollande, de 59, que la había calificado como la mujer de su vida antes de conocerse su infidelidad con Gayet, de 41. Ironías de la vida, el líder socialista conoció a la actriz en 2007 gracias a Ségolène Royal, de 60 años, madre de sus cuatro hijos y con la que convivió casi tres decenios sin tampoco formalizar su vínculo conyugal. Simpatizante socialista, Gayet respaldó en mítines y actos públicos a la entonces candidata de la izquierda al Elíseo cuando Hollande, que era el secretario general del partido, ya había iniciado su relación, todavía secreta, con Trierweiler.

En una entrevista televisiva concertada tiempo atrás, Ségolène Royal declaró ayer que «ningún precioso minuto debe ser perdido» con comentarios sobre el nuevo capítulo en la vida sentimental de su ex. «En lo que a mí respecta no quiero alimentar con ninguna frasecita un culebrón muy alejado de las preocupaciones de los franceses», apuntó la única mujer que ha accedido a la segunda vuelta de las presidenciales francesas. «Es evidente que hay que pasar la página y ponerse a trabajar. Hay una sed de transparencia que no debe convertirse en voyeurismo», agregó.

Según un sondeo del instituto Ifop para el dominical 'Le Journal du Dimanche', el 77% de los interrogados cree que el caso de la amante del presidente es «un asunto privado que sólo afecta a François Hollande», mientras que el 23% opina que su vida privada «afecta a todos los franceses». Un 84% de los encuestados considera que la revelación no cambia en nada la opinión que tienen del jefe del Estado, quien bate récords de impopularidad pues apenas un 25% de los ciudadanos respalda su ejercicio del poder. Varios digitales franceses revelaron que el nido de amor de Hollande y Gayet es un piso cercano al Elíseo y el Ministerio del Interior que figura a nombre del mafioso corso Michel Ferracci, pareja de una amiga íntima de la actriz. Relacionado con la banda insular conocida como 'Brisa del mar', epicentro de los negocios turbios en Córcega, fue condenado el pasado 4 de noviembre a 18 meses con dispensa de cumplimiento en París en un juicio por malversación de fondos y blanqueo de dinero. Esta circunstancia multiplica los interrogantes sobre la seguridad del presidente y el papel del ministro del Interior, Manuel Valls, cuya esposa es amiga de la primera dama hospitalizada.