La larga despedida del 'león de Dios'
El exprimer ministro israelí Ariel Sharon, un héroe del sionismo, falleció ayer tras permanecer ocho años en coma
EL CAIRO. Actualizado: GuardarLa historia de Ariel Sharon es, en gran medida, la historia de Israel. Controvertido militar y hombre de Estado, que ocupó casi todos los cargos de poder incluido el de primer ministro, impetuoso, excesivo y carismático, prócer del Sionismo más expansionista y artífice de la retirada de Gaza, héroe de guerra para su pueblo y que será recordado por muchos árabes como el «carnicero de Beirut», falleció ayer en un hospital de Tel Aviv tras permanecer ocho años en coma.
Sharon sufrió una hemorragia cerebral en 2006 cuando, con 78 años, se encontraba en la cúspide de su carrera política. Durante años permaneció ingresado en un ala estéril del hospital de Tel Hashomer, hasta que la semana pasada los médicos ya advirtieron de un rápido deterioro de su salud. Su funeral de Estado se celebrará el lunes.
Adorado por la derecha israelí y vilipendiado por la izquierda y los árabes, muchos de los cuales ayer celebraban su muerte, la vida de Ariel Sharon transcurre paralela a la de los grandes eventos y políticas de los últimos años en la región. Fue uno de los grandes impulsores de la colonización de Gaza y Cisjordania, principal obstáculo hoy en día para la paz entre israelíes y palestinos. Participó en todas las guerras regionales que convirtieron a Israel en una potencia militar, desató la Segunda Intifada, ordenó el confinamiento en Ramala del histórico dirigente palestino Yaser Arafat y, bajo su mandato, se empezó a construir el muro de separación de Cisjordania.
Sharon nació y se crió en la comunidad agrícola de Kfar Malal, al norte de Tel Aviv, en 1928, a la que habían emigrado sus padres desde Georgia. Su dilatada carrera en las armas empezó con apenas 14 años, cuando se unió a la Haganah, la organización paramilitar formada por judíos durante el mandato británico, donde aprendió las bases del combate frente a frente y a disparar con puntería. Participó en la primera guerra árabe israelí, en la que casi pierde la vida pero que finalizó como comandante, y en 1953 fundó la temida unidad '101', conocida por sus incursiones nocturnas en los países vecinos para responder a los ataques de guerrillas árabes. Su filosofía, la de responder con una fuerza tan desmesurada que acabara con las ganas de sus enemigos de volver a atacar, la sigue aplicando el ejército israelí hoy en día, y llevó a la primera matanza que le recuerdan los palestinos, la de la aldea de Qibya, que mató a unas 70 personas.
Como estratega militar fue brillante aunque con una tendencia a desobedecer las órdenes de sus superiores y guiarse por su instinto. Una cualidad que en ocasiones le granjeó victorias, como cuando decidió por su cuenta cruzar el canal de Suez con su batallón durante la guerra del Yom Kippur en 1973, que tornó el desenlace de la contienda a favor de Israel, pero que en otras causó la muerte de muchos de sus hombres.
Su vida personal estuvo marcada por la tragedia. Tras la muerte de su primera esposa, Margalit, en un accidente de tráfico, el hijo de ambos, Gur, falleció al dispararse accidentalmente un rifle cuando tenía once años. Sharon volvió a casarse, esta vez con la hermana de Margalit, Lily, con la que tuvo dos hijos, Guilad y Omri. Guilad atendía ayer a los medios desde el hospital de Tel Aviv y aseguraba que su padre «se marchó cuando él decidió irse».
Un currículum sangriento
Sharon entró en política cuando se retiró de la vida militar en 1973, aunque su trayectoria seguiría vinculada a las fuerzas armadas al ser nombrado ministro de Defensa en 1978. Cuatro años después, al frente de esta cartera, Sharon orquestaba la invasión de Líbano para intentar expulsar del territorio a la OLP. Los árabes siempre le recordarán por la matanza de Sabra y Shatila, dos barrios de refugiados palestinos en Beirut, donde unas 700 personas murieron a manos de milicias cristianas libanesas a pesar de estar bajo vigilancia del ejército israelí. Sharon fue acusado de mirar para otro lado durante la masacre y fue obligado a dejar el cargo.
Durante su extensa vida política participó en la formación de tres partidos, el Shlomtzión, el histórico Likud y, ya al final de su carrera, el Kadima, y ocupó distintos ministerios con los gobiernos de Isaac Rabin, Menajem Beguin, Simon Peres, Isaac Shamir y Benjamin Netanyahu. La jefatura del gobierno llegó en 2001, después de una polémica campaña electoral en la que visitó la explanada de las Mezquitas en Jerusalén, uno de los lugares más sagrados para los musulmanes, y que provocó el comienzo de la Segunda Intifada.
Polémico y controvertido hasta el final, Sharon, el gran impulsor de la colonización de Palestina, decidió en 2005 retirarse de Gaza y desalojar las colonias judías de este territorio, lo que provocó un terremoto en el Likud que le llevó finalmente a abandonar esta formación y a formar el Kadima. La decisión, sin embargo, le granjeó el aplauso de Occidente y de los moderados israelíes, así como de algunos líderes árabes que vieron en este paso un resquicio para la paz. Pocos meses después, a las puertas de las elecciones legislativas, Sharon sufría un derrame cerebral masivo que le impidió conocer una nueva victoria electoral.