Sorteo extraordinario de Enero

Este sábado se celebrará el esperado y a la vez temido sorteo del orden de actuación en el concurso de agrupaciones. Unos rezarán para que les toque actuar lo más tarde posible, otros para que la suerte les lleve a intervenir durante un fin de semana y algunos como yo, nos gustaría ser de los primeritos en salir a escena. Aunque parezca una tontería eso del orden es bastante importante. Desde hace años la influencia en el día y horario de actuación es clave para el éxito o fracaso de muchos grupos. No es igual cantar a las dos de la madrugada para la mitad del teatro, que hacerlo sobre las diez de la noche con todo el aforo completo y expectante. La predisposición del público es fundamental. Las personas se comportan en el teatro al igual que en su vida diaria, es decir, el apetito inicial no es igual que la saciedad final en cualquier materia y esto último cansa a cualquiera, sea cual sea su nivel. Un espectáculo que dura más de tres horas incomoda al mejor de los aficionados a partir de esa hora, por muy entusiasta que fuese de una afición concreta. Es lamentable observar el patio de butacas casi vacío cuando quedan aún por actuar alguna agrupación. Es muy injusto y desalentador. Igual le ocurre al jurado. No es lo mismo calificar descansado y con ganas a las primeras en salir, que hacerlo de madrugada con el cansancio acumulado del día, en donde ya no te hace gracia ni el mismísimo Yuyu. La política y el miedo a decirle a grupos que no son aptos para participar, hacen acomodar a un número exagerado de éstos por día, logrando que las funciones se tornen en tediosas a medida que pasan las horas de cada pase.

A mi entender, las sesiones no deberían de traspasar las tres horas de duración, así todas las agrupaciones tendrían la misma posibilidad de ser atendidos en igualdad por un público en plena actitud y por un jurado atento y con total imparcialidad anímica.

Que la diosa reparta suerte.