El precio de la seguridad en una Escocia independiente
Edimburgo tendría que crear su propia agencia de inteligencia y asumir costosos servicios que ahora le ofrece Reino Unido
LONDRES. Actualizado: Guardar¿Cuánto costaría realmente crear un servicio de inteligencia en una Escocia independiente? ¿Sería mejor un ente único en vez de los tres de Reino Unido, como propone el Libro Blanco del Gobierno del Partido Nacional Escocés (SNP)? ¿Sería más difícil proteger a los británicos sin una Policía común con derecho a detener sospechosos en Escocia, si se convierte en un país extranjero? Estas preguntas son más detalladas que las que suelen escucharse en una conferencia de prensa o en un debate en la radio o en la televisión. Son las que plantean los políticos del comité de asuntos escoceses de la Cámara de los Comunes británica, que se reunió ayer para analizar los asuntos de la seguridad como parte de su investigación sobre el referéndum de septiembre.
El comité analiza el trabajo de la Oficina de Escocia en el Gobierno británico y emite informes. La creación de la autonomía ha reducido su papel, porque la Oficina -que era antes Ministerio- tiene menos competencias. El Gran Comité de Escocia, que solía congregar a todos los parlamentarios escoceses para debatir leyes específicas para su país, no se ha reunido desde 1999. El de asuntos escoceses se reúne en una de las salas alfombradas, con ventanales al Támesis y tapicería verde destinadas a este tipo de reuniones. Participan diputados de cualquier circunscripción, no sólo de las escocesas, y ayer sufría resaca navideña. De sus once miembros había siete: seis laboristas y un liberal-demócrata. Los dos conservadores, ingleses, no estaban. Tampoco la diputada del SNP.
Sí compareció el único diputado que el Partido Conservador tiene en Escocia, David Mundell, elegido por una circunscripción fronteriza con Inglaterra. Mundell no puede ser miembro del comité al ser subsecretario parlamentario del ministro en la Oficina de Escocia, que tocó a los liberal-demócratas en el reparto de carteras de la coalición. Acompañaba ayer al subsecretario para Seguridad en el Ministerio de Interior, su colega de partido James Brokenshire, que fue el principal objetivo de las preguntas de los diputados sobre el documento dedicado a la seguridad en la serie publicada por el Gobierno británico sobre el referéndum, con el título genérico 'Análisis Escocia'. Dos horas de sesión de preguntas y respuestas.
Brokenshire fue enumerando perjuicios de la independencia. El Libro Blanco del Gobierno de Edimburgo no ofrece una estimación de los gastos de establecimiento de su propia agencia. Parece basarse en la creencia de que es como coger una onza de diferentes chocolatinas y juntarlas, pero la seguridad y la inteligencia no son así, es un sistema integrado. El Gobierno de Londres no está asumiendo la independencia y por tanto no hace cálculos sobre costes y repartos.
«Si no se han calculado los costes, ¿por qué dice que los planes de Edimburgo son irreales?», le preguntaba el presidente del comité, el laborista Ian Davidson. Y luego: «¿Nos podría decir cuántas persecuciones en caliente se producen ahora a través de la frontera para hacernos una idea de lo que se perdería?» «¿Si tenemos ya en Escocia los agentes formados para alarmas biológicas, nucleares, radioactivas, qué perderíamos?»