EE UU se congela a 30 grados bajo cero
El paso de un frente polar hace caer el mercurio a temperaturas extremas en ciudades como Nueva York, Detroit o Chicago
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarLos meteorólogos habían advertido que el fenómeno del 'torbellino polar' que atravesaba EE UU era algo tan inusual que solo se ve cada 20 años, pero cuando el termómetro tocó ayer los 16 grados bajo cero en Central Park, el récord que batía era de 118 años. Y con todo, lo peor era la sensación térmica de hasta -25 grados que dejaban las rachas de vientos polares, que según la Oficina de Emergencias de Nueva York representan «una amenaza mortal».
El amanecer fue como el de una de esas apocalípticas superproducciones de Hollywood. Los sobrecaldeados rascacielos de Manhattan, que permiten pasar el invierno en manga corta, amanecieron tan congelados que sus inquilinos tuvieron que rascar la capa de hielo formada en el interior de las ventanas. La fina piel de los párpados se congelaba al contacto con el viento gélido y los expertos recomendaban a las damas cambiar la crema hidratante por los aceites, como los esquimales.
Pero a diferencia del viernes pasado, cuando el noroeste del país experimentó la primera ola del frío del año, esta vez la naturaleza no tuvo la gentileza de acompañarlo con una capa de nieve, que hubiera paralizado la ciudad y forzado a los neoyorquinos a quedarse en casa. La nieve tuvo su efecto en el interior del país, donde ciudades como Detroit alcanzaron los 30 bajo cero. En Illinois la ventisca dejó atorado un tren procendente de California con medio millar de pasajeros, que tuvieron que pasar la noche en los vagones hasta que llegó un convoy de autobuses a rescatarlos.
En Nueva York la nieve no bloqueaba los andenes, pero la compañía ferroviaria tuvo que cerrar muchos de ellos al congelarse los cables. A American Airlines se le congeló el combustible y Jetblue decidió suspender operaciones al no tener personal dispuesto a salir a las pistas para descongelar los aviones. Los más de 2.200 vuelos cancelados ayer se sumaban a los 2.400 del viernes pasado, en lo que podría ser el más largo regreso navideño que muchos recuerdan. Unos 1.600 de estos vuelos tendrían que haber despegado de Chicago, una ciudad que sabe mucho de frío pero que ayer también batió su récord de los últimos veinte años, con 25 grados bajo cero.
«Quédate en casa, en diez minutos puedes estar muerto», advertía ante las cámaras el alcade de Indianápolis Greg Ballard. Muchos de los habitantes de los 15.000 hogares sin luz creían poder cambiar su suerte saltando de la casa al coche, pero al llegar a estos los automóviles no arrancaban.
En Maryland, a las afueras de Washington, las autoridades intentaban reparar las principales cañerías que abastecen la capital federal de agua potable, reventadas al congelarse el agua. Y en Louisville, Ketucky, el termómetro marcaba 30 bajo cero cuando un preso fugado decidió entregarse a las autoridades para que lo devolvieran al calor de la prisión. El frío descendía hasta Georgia y traía temperaturas inusualmente invernales a la cálida Florida, donde se habían avistado aves del ártico.
En total, 187 millones de personas estaban bajo la influencia del «torbellino polar», y a pesar de que Florida y California salvaban las cuentas, la temperatura media de EE UU era ayer de -2,2 grados, con el 90% del país bajo cero. La buena noticia es que la masa de aire polar que ha causado tantas miserias está a punto de perderse en el mar, y para el jueves muchos estadounidenses podrán sacar la nariz a la calle.