Cadena de montaje de la fábrica de Nissan en Barcelona. :: REUTERS
Economia

Las dos velocidades del automóvil español

Las fábricas intensificarán su producción en 2014, mientras las ventas seguirán dependiendo de los planes de ayuda

MADRID. Actualizado: Guardar
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El sector del automóvil ha despedido 2013 como un punto de inflexión, con un afianzamiento de España como centro de producción de vehículos y un ligero repunte de las ventas. Pero fabricación y mercado interno son dos ramas de un mismo tronco aún demasiado alejadas. Por un lado, las 17 plantas automovilísticas españolas se aprestan a incrementar este año su producción en un 10% respecto a 2012 -con una inversión estimada de 1.500 millones de euros- hasta llegar a los 2,2 millones de unidades. En la actualidad se fabrican en España 39 modelos y en los próximos dos años la lista se ampliará hasta los 45. Hay un factor que añade valor a este dato: los tres turismos más vendidos durante 2013 (Citroën C4, Renault Megane y Seat Ibiza) se producen aquí.

Sin embargo, el mercado interior aún necesita la respiración asistida de los planes de ayuda. Los PIVE y PIMA Aire han destinado, desde octubre de 2012, 400 millones a subvencionar el cambio de vehículos viejos por otros más eficientes, lo que permitió cerrar el pasado ejercicio con 722.000 unidades vendidas, frente a las 699.000 de 2012. Pero los fondos de ambos planes se agotaron a mediados del pasado mes, así que las asociaciones más representativas del sector, con Anfac a la cabeza, ya trabajan para prorrogarlos en tanto el consumo interno no dé síntomas de recuperación.

Ambos aspectos, tanto la existencia de nuevos estímulos a la compra de vehículos, como la mejora de la economía española, condicionan de forma notable las previsiones de ventas para 2014. Tanto es así que entre el escenario más optimista dibujado por los fabricantes (prórroga de los PIVE y PIMA Aire, más un incremento anual del PIB de en torno al 1%) y el peor (sin ayudas ni crecimiento económico) media un abismo: aproximadamente un cuarto de la producción total estimada. Por eso, nadie se atreve a hacer un pronóstico de hasta donde podrán llegar unas ventas que, según los fabricantes, deberían estar sobre los 1,2 millones si se tiene en cuenta la dimensión demográfica y económica del país.

Fuentes del sector muestran su «confianza», pero también su «cautela» respecto a la continuidad en el tiempo de las ayudas estatales. Y creen que, a más tardar, en los últimos días de enero se podría anunciar un PIVE 5. Con todo, son varios los departamentos ministeriales con mucho que decir a este respecto: desde el de Industria hasta el de Agricultura y Medio Ambiente (por la filosofía de mejora mediambiental que subyace en el PIMA Aire), pasando por supuesto por Hacienda, que guarda con celo la llave de la caja fuerte. En todo caso la última palabra la tiene el presidente Mariano Rajoy, que en más de una ocasión ha asegurado que el Gobierno mantendrá sus ayudas «mientras haya dinero».

Retorno de la inversión

«Los PIVE y PIMA Aire están siendo fundamentales. Nos diferencian de lo que está pasando en otros mercados europeos», sostienen en la patronal Anfac. Y recuerdan que «por cada euro invertido por el Estado en estos planes se recuperan tres. Con ellos se han movilizado ya más de 400 millones de euros de inversión productiva por parte del Estado, que además han representado un retorno en términos de ingresos fiscales acumulados (IVA, Impuesto de Matriculación y otros) de más de 1.500 millones».

«Sin ninguna duda, estos planes van a seguir siendo necesarios durante un tiempo. La Administración es partidaria también de que se mantengan, porque es un sector que está en una posición de crecimiento y que está creando empleo», asegura Francisco Roger, socio responsable de la sección de automoción de KPMG. En su opinión, el último trimestre de 2013 marcó un «cambio de tendencia» en el mercado interno, aunque el incremento final de ventas respecto a 2012 (23.000 unidades) «no ha sido una cifra aún significativa».

Los concesionarios tampoco se imaginan un futuro inmediato sin una continuidad del PIVE. Aunque creen que antes del pasado verano tocaron fondo, necesitan el oxígeno de los programas de ayuda para poder finiquitar el proceso de reestructuración al que se ha visto sometido el sector (desde 2007 ha cerrado uno de cada cinco establecimientos). «Sería un error por parte del Gobierno no seguir con el PIVE, porque dejaría pasar una buena oportunidad para recaudar dinero, y además volveríamos a una situación difícil y complicada», sostiene Blas Vives, secretario general de la Federación de Asociaciones de Concesioarios de la Automoción (Faconauto).