Sociedad

La gran mentira de la Biblioteca de Alejandría

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Uno de los casos más sonados de purgas de libros ha sido a lo largo de la historia el de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría -no la parte del templo de Serapis, sino los fondos restantes del Museo, llamado así por estar consagrado a las musas-. Según las crónicas, falsas como se supo siglos más tarde, en el año 642, cuando la ciudad fue conquistada por los árabes, se quemaron pergaminos que calentaron las cuatro mil termas de Alejandría durante medio año tras el edicto: «Si esos libros de los griegos coinciden con el Corán son superfluos y no es preciso conservarlos. Si difieren, son perjudiciales y deben ser destruidos». Pero en el siglo XIX se demostró que la famosa anécdota era un mito político. De hecho, en el año de la inventada quema ya no quedaban libros en la biblioteca, porque en el 451 por orden del obispo Cirilo un grupo de fanáticos cristianos los había quemado junto a los restos de la matemática Hipatia.