Doku Umárov, el jefe insurgente más cruel

Tras las muertes de los líderes guerrilleros Shamil Basáyev y Abdul-Jalim Saiduláyev, que se produjeron en 2006, Doku Umárov, de 49 años, se convirtió en el máximo dirigente de los insurgentes chechenos. Llegó a general durante la primera guerra chechena (1994-1996). Le ascendió directamente el primer presidente de la república rebelde, Dzhojar Dudáyev, por sus méritos en la guerra contra Rusia. Demostró su valía también en el terreno delictivo. Fue acusado de asesinato en dos ocasiones.

Umárov nació el 13 de abril de 1964 en el poblado checheno de Jarsenói y obtuvo educación superior como ingeniero. Está casado con la hija de otro legendario cabecilla rebelde, Daud Ajmádov, y tiene seis hijos. Siempre se le consideró uno de los comandantes guerrilleros más sanguinarios. En el verano de 1996 participó directamente en el fusilamiento de de 30 policías chechenos acusados de traición y promovió las ejecuciones públicas. Cayó en desgracia tras descubrirse que había organizado una próspera industria del secuestro en beneficio propio. No obstante, terminó siendo rehabilitado y nombrado, en 2002, comandante en jefe del llamado 'frente oriental'.

Umárov fue quien proclamó la creación de un gran emirato en todo el Cáucaso Norte y está vinculado a la incursión guerrillera contra Ingushetia y a la matanza en la escuela de Beslán. Ambas acciones tuvieron lugar en 2004. Bajo su liderazgo se generalizaron los ataques suicidas, cometidos sobre todo por las llamadas 'viudas negras', esposas, hermanas o madres de terroristas muertos o civiles masacrados por las fuerzas rusas.

Umárov reivindicó mortíferos atentados como los perpetrados contra el tren Névski Express, en 2009, la doble explosión suicida en el metro de Moscú de 2010 y la bomba en el aeropuerto moscovita de Domodiédovo de 2011. Se le ha dado varias veces por muerto, pero los vídeos que difunde regularmente han puesto de manifiesto que sigue vivo y continúa al mando de la actividad terrorista en territorio ruso.