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Indiferencia entre rumanos y búlgaros tras abrirse los mercados laborales alemán y británico

VARSOVIA. Actualizado: Guardar
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La avalancha de inmigrantes búlgaros y rumanos que preveían políticos y medios de comunicación conservadores en Reino Unido, de momento, no ha sido tal. Los búlgaros, aunque son los ciudadanos más pobres y con menor Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de la Unión Europea, han decidido quedarse en casa. Así lo aseguró ayer la presidenta de la Asociación Nacional de Bulgaria de las Empresas de Transporte por Autobús, Galya Topalova.

Desde el pasado 1 de enero, países de la UE como España, Reino Unido, Alemania, Austria, Francia, Bélgica y Luxemburgo han abierto su mercado de trabajo. Según datos oficiales comunitarios, Reino Unido (34%) y Alemania (43%) son los dos países preferidos por búlgaros y rumanos. Es por este motivo por lo que Londres ha desplegado una campaña política y mediática para frenar la llegada masiva de trabajadores de estos dos países y también ha endurecido las normas para la concesión de ayudas sociales a inmigrantes recién llegados a territorio británico.

Algunos políticos xenófobos alemanes han seguido los mismos pasos que Reino Unido. «Llegó el 1 de enero y han pasado varios días y los aviones y autobuses de Rumanía no se han llenado. Muchos rumanos emigran a los países donde pueden tener un futuro mejor, pero tampoco lo hacen a lo loco o para aprovecharse del Estado del bienestar. Lo hacen para trabajar», señala el sociólogo rumano Mircea Kivu. Más del 20% de la mano de obra rumana ha emigrado a Europa occidental en las dos últimas décadas.