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Otro día de terror en Volgogrado
Un kamikaze explota una bomba en un trolebús 24 horas después de que una 'viuda negra' matara a 16 personas en la estación de tren
MOSCÚ. Actualizado: GuardarMenos de 24 horas después de que una 'viuda negra' se suicidase y acabase con la vida de 16 personas en la estación de ferrocarril central de Volgogrado, la antigua Stalingrado, otra explosión causaba una cantidad similar de muertos en un trolebús de la misma ciudad. Esta vez, según las autoridades, el kamikaze ha sido un hombre. La bomba explotó hacia las ocho y media de la mañana (tres horas menos en España) cuando el vehículo eléctrico, que cubría la línea número 15 con inicio en la barriada Siem Vetrov, se encontraba repleto de viajeros y en las inmediaciones del mercado del distrito Derzhinski.
Según la Policía, la mayoría de los ocupantes del trolebús eran escolares y estudiantes. El portavoz del Ministerio de Sanidad ruso, Oleg Salagái, aseguró que además hubo una treintena de heridos, de los que varios se encontraban en estado crítico. Salagái informó también de la hospitalización en estado muy grave de un bebé de unos cinco meses y de una mujer embarazada.
La explosión se produjo en la calle Káchitsev y dejó el trolebús completamente destruido. La fuerza de la deflagración fue tal que rompió los cristales de todos los edificios situados en un radio de más de 200 metros. Al tener noticia de lo sucedido, la mayor parte de los pasajeros de otros servicios del transporte urbano decidieron continuar el trayecto a pie. Mientras el gobernador de la región de Volgogrado, Serguéi Bozhénov, hacia un llamamiento a la población para que no se deje dominar por el pánico.
Se da la circunstancia de que el trolebús objeto del atentado tiene una parada en el Hospital número 25 de Volgogrado, en donde se encuentran internados la mayor parte de los heridos en el atentado perpetrado la víspera en la estación de tren. En esta ciudad rusa, escenario de una de las batallas más sangrientas de la II Guerra Mundial, viven más de un millón de personas. Ayer, fueron continuos los avisos de bomba falsos en distintos puntos de Volgogrado, lo que contribuyó a sembrar la confusión y el desasosiego.
En Moscú, el presidente Vladímir Putin se reunió con los principales responsables de las Fuerzas de Seguridad, entre ellos el director del FSB (antiguo KGB), Alexánder Bórtnikov, a quien ordenó trasladarse de inmediato al lugar de los atentados. Las autoridades rusas se han abstenido de momento de señalar a los culpables, pero dan por seguro que los dos ataques están relacionados. «El hecho de que la metralla de ambos artefactos explosivos sea idéntica confirma la versión de que ambos atentados están relacionados entre sí. Puede que las bombas hayan sido fabricadas en el mismo lugar», explicó el portavoz del Comité de Instrucción, Vladímir Markin.
Rusia hizo un llamamiento a la comunidad internacional para combatir «un terrorismo que no sabe de fronteras y que únicamente puede ser frenado de manera conjunta», aseguró la Cancillería en un comunicado. El apoyo no se hizo esperar y durante todo el día Moscú recibió la solidaridad de instituciones y gobiernos. La proximidad de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebran en la ciudad balneario de Sochi el próximo febrero, preocupa y mucho a las autoridades. Sochi está a tiro de piedra de las conflictivas repúblicas rusas del Cáucaso Norte. Entre Volgogrado y la ciudad olímpica hay unos 700 kilómetros, distancia insignificante para un país de las dimensiones de Rusia.
Aparte de estos dos últimos ataques terroristas, el de ayer y el del domingo, Volgogrado sufrió el pasado 21 de octubre otro atentado en un autobús. Lo llevó a cabo Naida Asiláyova, una activista islámica suicida cuya pareja vive aunque ella fue encuadrada en las llamadas 'viudas negras'. La explosión del domingo en la estación fue obra de Oksana Aslánova, que sí enviudó y por partida doble, ya que sus dos maridos fueron abatidos por las fuerzas rusas. Las dos mujeres proceden de Daguestán, república vecina de Chechenia.
De Chechenia a Daguestán
En noviembre, los servicios secretos rusos anunciaron la «aniquilación» de los terroristas que ayudaron a Asiláyova a atentar en Volgogrado. Fue durante una operación realizada en un barrio de Majachkalá, la capital de Daguestán. Ayer, tres milicianos que supuestamente se disponían a atentar en Año Nuevo murieron por disparos de las fuerzas de seguridad rusas en la república de Kabardino-Balkaria (Cáucaso Norte). Con Chechenia relativamente pacificada, la guerrilla islámica separatista ha trasladado su operativo a las vecinas Daguestán e Ingushetia y está también presente en otras muchas repúblicas del Cáucaso Norte. Su líder, Dokú Umárov, ha reiterado que tratará de hacer todo lo posible para arruinar los Juegos. El Comité Nacional Antiterrorista de Rusia aseguró en noviembre que durante 2013 fueron abatidos más de 260 guerrilleros islámicos en todo el Cáucaso Norte. Sin embargo, la insurgencia está demostrando tener todavía capacidad para cometer atentados.