Un miembro del Ejército Libre Sirio prepara proyectiles caseros en Alepo. :: MOLHEM BARAKAT / REUTERS
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La aviación siria castiga las zonas que escapan al control del régimen

La últimia semana de ataques con «barriles de explosivos» costó la vida al menos a 300 personas, 87 de ellas menores, en Alepo

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Hace meses que las fuerzas terrestres de Bashar el-Asad perdieron el control de amplias zonas del norte del país, pero allí donde no llega la infantería golpea la aviación. Al menos 300 personas murieron en una semana en Alepo, segunda ciudad más importante, y su periferia, entre ellas 87 menores, en los bombardeos de las fuerzas del régimen, según el último balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organismo con sede en Londres que cuenta con una amplia red de contactos sobre el terreno.

Esta ONG denuncia que El-Asad está recurriendo al uso de «barriles de explosivos» -fabricados en metal, con una capa de cemento en su interior, llenos de TNT y con nula precisión- en sus recientes ataques contra núcleos civiles, lo que «está terminando de colapsar las ya debilitadas estructuras médicas en la zona», según Médicos Sin Fronteras. Los objetivos de las últimas 24 horas fueron el barrio alepino de Al-Sekari, donde se produjeron 15 muertos, y la ciudad de Azzaz, próxima a la frontera con Turquía, donde murieron doce civiles como consecuencia de los bombardeos. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se quejó de la falta de acceso para llevar ayuda humanitaria a las zonas más conflictivas del país por la falta de cooperación por parte de ambos lados.

Human Rights Watch acusó al régimen de emplear armamento y tácticas militares en las que se golpea por igual a objetivos de combate y civiles. Y la opositora Coalición Nacional, órgano financiado por Occidente y radicado en Estambul, pidió una vez más la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Siria, una reclamación que plantea sin éxito desde el comienzo de la contienda.

Avanza el desarme químico

«Hasta que no se detengan los aviones de El-Asad el desastre humanitario, la inestabilidad regional y el auge del extremismo seguirán empeorando», rezaba el comunicado emitido por un Consejo Nacional cuyo brazo armado, el Ejército Sirio Libre (ESL), ha sido borrado del campo de batalla por los grupos vinculados a Al-Qaida o la reciente alianza de brigadas del Frente Islámico, con la que Estados Unidos podría haber iniciado los primeros contactos como nuevo interlocutor en la guerra contra el presidente sirio.

A menos de un mes para la conferencia de paz de Ginebra, las imágenes que llegan de Siria muestran las consecuencias de los bombardeos o de ataques como el del kamikaze que el domingo mató al menos a veinte personas, la mayoría niños, al inmolarse con un coche en una escuela de Homs, en el centro del país, según informó la agencia oficial Sana.

Mientras la violencia impide ver una salida dialogada a corto plazo, lo que sí avanza según la hoja de ruta fijada es el desarme químico del régimen. Rusia anunció el envío de 25 camiones blindados y otros 50 vehículos militares a Siria para transportar las armas y el material químico para su posterior destrucción en el extranjero, en cumplimiento del compromiso adoptado por Damasco a propuesta de EE UU y Rusia. Este acuerdo evitó a última hora el bombardeo estadounidense contra Siria por el uso de armas químicas en la periferia de Damasco.