Sin suerte para los preferentistas gallegos

El Gordo tampoco se acordó de los preferentistas gallegos. En O Rosal (Pontevedra), junto a la desembocadura del río Miño, la felicidad dejó un pellizquito. Una serie que se vendió en la administración que dirige Iago Villa, todavía abrumado por la noticia de ser una de los pocos loteros que repartieron alegría en uno de los sorteos más importantes del año. Iago no tenía nada claro cuántos décimos había despachado en la ventanilla de la administración número 1 de esta localidad de apenas 6.000 habitantes. «Va a traer este premio mucho alivio», apuntó el responsable.

Porque O Rosal, como muchos pueblos gallegos, se vio afectado por el drama de las preferentes. Y muchos vecinos, ahora premiados, se vieron enfangados por estos polémicos créditos. Sin embargo, la asociación local confirmaba que no tenía el Gordo. Otra cosa es que alguno lo tuviera por su cuenta.

El mismo alivio que ha repartido en Carabanchel Alto Fernando Alonso -sí, como el piloto-. El dueño de la administración 226 de Madrid, en el Camino Viejo de Leganés, despachó entre los vecinos de este barrio obrero todos los décimos de la serie 138 en la ventanilla. Cuatro millones para el barrio», indicó Fernando, encantado de repartir alegría.