Qué tiempos los que nos han tocado
Actualizado: GuardarSon muchos los españoles que buscamos nuevas oportunidades laborales más allá de nuestras fronteras. Eso ha ocurrido siempre, pero la agonía de esa búsqueda nada tiene que ver con los que hace quince años buscaban un mejor sueldo y un puesto con expectativas. Hoy se busca trabajo, no que te permita tener lujos, sino más bien que te proporcione un techito de alquiler y una dieta, aunque sea pobre. Licenciados, diplomados, bilingües,todos al acecho de un puesto de dependiente o de camarero o de lo que sea.
Además hay que añadir que las empresas que generalmente trabajan para los diferentes ministerios -en el Defensa al menos- pagan poco, tarde, mal o nunca. Y si llega el día de pago de recibos, alquileres o hipotecas y te quejas... «el dinero ni está ni se le espera» es la respuesta generalmente recibida. Y sigues acudiendo puntualmente a tu puesto, haciéndolo bien y cobras un mes y medio tarde y todos tan contentos, menos tú, claro está. Muchos somos los que habiendo invertido tiempo y dinero en preparación nos vemos abocados a aceptar trabajar para el Estado español subcontratados, mal pagados y menospreciados. Y no me dirán ustedes que tras cinco o seis años de estudios universitarios, que te contraten con el mismo salario de un peón de albañil, no es para volverse loco. Y lo curioso de todo ello es que somos los primeros 'prescindibles', a pesar de que está más que demostrado que no sólo somos necesarios, sino que además saldríamos más baratos al Estado si el contrato fuera directo.