«En realidad, todos los creadores somos heterodoxos»
El escritor y amigo íntimo de Carlos Edmundo de Ory ha presentado esta semana en Cádiz su libro 'Los espejos de la ceniza', con epílogo del poeta
Actualizado: GuardarLiterato, director del Instituto Cervantes y Cónsul de España en Belo Horizonte (Brasil) el barcelonés Ignacio Martínez-Castignani fue íntimo amigo del poeta Carlos Edmundo de Ory, de cuya fundación es patrono. Una relación personal intensa que, como él mismo dice, derivó en «todo lo demás». Esta semana ha venido a Cádiz para presentar, «por razones sentimentales», su libro 'Los espejos de la ceniza' (Libros de la Frontera) y dar una buena noticia sobre la obra de Ory.
-Ha traído a Cádiz una gran noticia, se va a publicar en Brasil una obra de Carlos Edmundo de Ory.
-El libro 'Técnica y llanto' va a ser publicado en edición bilingüe por una editorial de Río de Janeiro con el apoyo del Instituto Cervantes, por mediación de la Fundación Carlos Edmundo de Ory. Se va a publicar en mayo del año que viene y es una novedad editorial. Es un poemario de 1971 que no ha sido reeditado desde entonces. Si ese libro se publica en Brasil el año que viene, que es el Mundial de fútbol, y se lanza en un mercado de 230 millones de habitantes en edición bilingüe, es una gran noticia. Es inédito también porque nunca antes había sido traducida la obra de Ory al portugués. Estamos muy contentos por el autor, por nosotros mismos, y por las letras españolas.
-¿Por qué 'Técnica y llanto' y no otra obra del poeta?
-Voy a ser muy sincero, es una selección de las personas que hemos estado involucradas en este proyecto. Es un poemario impresionante, es uno de los libros más importantes de la poesía española de todos los tiempos.
-¿De dónde viene su relación con Carlos Edmundo de Ory?
-Yo conocí al matrimonio Ory-Lachéroy en Bruselas y ahí iniciamos a finales de los noventa una relación de amistad, no de poeta a poeta, sino de amistad. Luego vendría nuestra admiración mutua por nuestra obra poética, pero nuestro acercamiento fue ante todo personal de amistad. Aunque él vivía en el norte de Francia, Cádiz estaba en cada suspiro, en cada respiración de Carlos. Esa es ante todo mi relación con el poeta, pero ante todo con el amigo. Luego vino todo lo demás.
-Lo demás es que en su libro 'Los espejos de la ceniza' que acaba de publicar Libros de la Frontera se incluye un epílogo escrito por De Ory.
-Este libro se ha escrito entre Bruselas, Barcelona y Belo Horizonte. Cuando Carlos, Laura y yo nos reuníamos hablábamos de la vida no de poesía o de poetas. El libro estaba acabado y mi esposa se lo dio a Carlos para que lo leyera y entonces él escribió el epílogo. Posteriormente el murió y yo nunca he tenido mucha prisas por publicarlo, lo considero un libro de culto, que esconde secretos. El epílogo es uno de los pocos textos de Carlos Edmundo de Ory que todavía no habían sido publicados.
-Como dice, su libro guarda un gran secreto, ¿plantea la obra como un juego con el lector?
-El libro esconde un secreto y de alguna manera siempre he pensado que la creación literaria debe de ser un ejercicio honesto, de una gran intensidad, de una búsqueda de la perfección estilística, pero también me gusta jugar con el lector. Los seres humanos no dejamos ser niños, aunque nos preocupemos mucho en trabajar y todo eso, pero no dejamos de ser niños.
-Muy 'oryano' eso del juego y los niños...
-Muy 'oryano', sí, pero eso es así desde el siglo XVI. Esa mirada de niño no se pierde. Yo planteo un juego honesto en el que propongo al lector un enigma, como si fuera una novela policíaca.
- 'Los espejos de la ceniza' ha sido escrito en varias ciudades y en un largo periodo de tiempo, ¿cómo han influido esas circunstancias en el resultado de la obra?
-A mí me gusta mucho el compositor Johannes Brahms, que consideraba que una obra musicada debía guardarse en un cajón y dejarla respirar, y eso es lo que yo he hecho con este libro. Es una obra muy personal y tiene una arquitectura muy sólida, una voz poética muy profunda y que pretendidamente he querido dejarlo sin publicar hasta la fecha. Es un libro escrito en tres ciudades, por lo tanto, en una situación de nomadismo y de viaje y cuyo escenario es la ciudad. De alguna manera todos los seres humanos vivimos en ciudades y ahí es donde se producen las rencillas, los grandes amores y desamores, lo pequeño, lo grande, dentro y fuera de las casas, es ahí donde los seres humanos somos protagonistas.
-Ha hablado de su profunda admiración por De Ory pero, ¿qué destacaría de él por encima de todo?
-Insisto en que Carlos y yo éramos amigos, lo primero. Estábamos interesados el uno en el otro en lo personal, en ese concepto de la condición humana. Nuestra relación era de amistad sobre todo. En público te diré que es uno de los grandes poetas de España y de todo el mundo de los siglos XX y XXI. Pero en privado diré que lo que más nos une es una relación muy sólida de amistad.
-¿Faltan autores como el gaditano, inclasificable en su obra, tan libre en lo vital?
-A Ory no le gustaba estar vinculado a ninguna escuela. Era así, como Ángel Crespo, Labordeta... Creo que al final no es el poema el que clasifica sino los críticos literarios, las universidades... El ser humano necesita compartimentar las cosas, pero yo veo poetas magníficos inclasificables, al igual que en todas las corrientes. Yo reivindico la desclasificación y la heterodoxia. Estoy convencido de que todos los poetas escriben de manera honesta y no buscan que lo adscriban en un estilo. Escribir no deja de ser un acto de libertad y en estos momentos ese ejercicio forma parte de la heterodoxia. En realidad, en ese sentido, todos los creadores somos heterodoxos.
-Brasil es una potencia emergente en lo económico pero, ¿y en lo cultural?
-Brasil es una potencia emergente en todo. Es un continente y su cultura es muy amplia y rica. Lo que faltan son medios para que salga fuera. Es también una potencia de cultura popular muy importante.
-¿Qué papel juega el español en ese desarrollo cultural?
-Es fundamental, estamos hablando de ocho Institutos Cervantes en Brasil, muy activos, con miles de estudiantes. Cada vez hay más personas que quieren acceder al diploma de lengua extranjera y tienen mucho interés por nuestra lengua, y ahora la asignatura pendiente es la formación en español de los profesores.