Apuntes

Algo se mueve en los astilleros

El Gobierno de la nación tiene varias cartas para salvar Navantia aunque, de momento, no cuenta con el póker de ases para ganar la partida

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Algo se mueve en los astilleros al margen de la batalla que presenta su plantilla en favor de la carga de trabajo. El abanico de posibilidades que baraja el Gobierno de la nación para salvar Navantia ha salido a la luz en poco menos de un mes. La construcción de cuatro gaseros para Gas Natural en factorías asiáticas ha sido el detonante para activar una estrategia política sin precedentes en apoyo de Navantia. El Gobierno no está dispuesto a que empresas españolas desvíen hacia otros mercados inversiones que se pueden desarrollar con absoluta normalidad en nuestro país. La jugada de Gas Natural ha desencadenado el efecto acción-reacción y ha marcado un antes y un después. El Ministerio de Hacienda, del que depende Navantia como empresa pública, ha iniciado una partida para que los astilleros españoles tengan carga de trabajo en 2014. El PP sabe que parte de su futuro en la Bahía depende de que los astilleros y su industria auxiliar tengan contratos, precisamente, en un año electoral. Las europeas se celebrarán en junio del año que viene, mientras que las municipales y las generales tendrán lugar en 2016. No es lógico que el Gobierno piense en una reconversión naval en fechas tan señaladas. De esta forma, ha optado por coger el toro por los cuernos y participar en una partida donde tiene varios ases en la bocamanga, sin embargo, no cuenta aún con el póker para ganar la mano. Navantia tiene cuatro opciones que se irán deshojando en los próximos meses. En el primer trimestre de 2014 se sabrá la fecha de construcción del quinto gasero, mientras que el gobierno turco resolverá su concurso para adjudicar un portaaviones. El proyecto de los BAM se ha resucitado y vuelve a sonar con fuerza la opción de las eólicas.