Blesa intentó ocultar al órgano de control de Caja Madrid la compra de un BMW blindado«No les des nada en absoluto»
El banquero tachaba de «coña» el intento de la Comunidad de auditar la compra del vehículo de lujo por medio millón de euros en 2009
MADRID. Actualizado: GuardarMiguel Blesa ocultó a la comisión de control de Caja Madrid la adquisición de un BMW por medio millón de euros para el presidente y mostró su sorpresa cuando este órgano solicitó información sobre dicha compra e intentó frenar una posible auditoría sobre la operación. Cuando la noticia se hizo pública, el entonces presidente de la entidad intentó minimizarla e incluso en su comparecencia en el Congreso en 2011 aseguró que viajar en un blindado «no es la cosa más cómoda del mundo».
El 25 de marzo de 2009, en plena crisis financiera, el comité de medios de Caja Madrid aprobó una «Renovación y Adjudicación de contrato de Servicio Mantenimiento Integral para 1.088 centros de la Comunidad de Madrid». En ese apartado se aprueba la adquisición de un BMW serie 7 blindado por 510.727, 21 euros para el presidente de la entidad, un vehículo que usaban los príncipes Carlos de Inglaterra o Alberto de Mónaco. Sin embargo, los problemas para Blesa llegan cuando la comisión de control de la entidad se entera de la compra y quiere conocer los detalles. Algo que disgusta al banquero. «¿Por qué ha ido lo del BMW a la comisión de control? ¿Es obligatorio?», pregunta Blesa en un correo electrónico el 13 de mayo de 2009 a Ildefonso José Sánchez Barcoj, director general financiero de la Caja. En un primer momento, Barcoj desconoce de qué se trata y es el propio Blesa quien se encarga de recordárselo: «El acuerdo de compra del coche que ya fue a la ejecutiva». Una vez puesto al tanto, el director general tampoco entiende los motivos para que ese asunto se trate en el órgano de control y las preocupaciones de ambos se concentran en averiguar quién lo ha podido filtrar. «No se quién lo ha enviado ni por qué», le contesta Barcoj.
Cuando la compra del BMW llega a la comisión Blesa es consciente de la repercusión mediática que puede tener. Así se lo hace saber a sus colaboradores más cercanos, tanto Barcoj como el secretario del consejo de administración y mano derecha de Blesa, Enrique de la Torre. «Hoy ha visto la Comisión de Control la compra del BMW y mañana habrá ruido según me dicen ¿Por qué va un acuerdo de Comité de Medios?, ¿quién remite estos acuerdos?», insiste Blesa.
El presidente de Caja Madrid sabe que solo es cuestión de tiempo que la noticia de la compra del vehículo salte a los medios de comunicación. Es el propio Barcoj quien le informa el 18 de mayo de que la información saldrá publicada al día siguiente. «Esa pregunta nos iba a caer en el examen tarde o temprano. Lo mejor es que el 'leasing' no está a nombre de North Rim. Se nos podía haber ocurrido», responde Blesa.
Lejos de apaciguarse, la repercusión mediática hace que el asunto tome un cariz más serio. Incluso la Comunidad de Madrid amaga con la posibilidad de convocar la comisión de auditoría para analizar la operación. Enrique de la Torre es el encargado de comunicárselo a Blesa. «Me dijo Ricardo Romero de Tejada esta mañana que le habían requerido (supongo que la Comunidad) para que reuniera la Comisión de Auditoría para examinar la compra del BMW. Obviamente no se hará ni de coña». La respuesta de Blesa refleja bien su opinión sobre el asunto: «Lo del coche ya es de coña».
Para tratar de zanjar el asunto y demostrar que la adquisición del vehículo fue legal, Blesa envía una copia del acta del comité de medios que autoriza la compra del BMW a Barcoj. Sin embargo, sigue lamentando la situación. «¿Por qué, como en otras ocasiones, no se contrató temporalmente en 'renting' o a través de una filial? Manda huevos la habilidad de algunos para echar balones fuera». En cualquier caso Blesa es consciente de que todo el revuelo ha dañado su imagen. «Dejemos la polémica pero al final, una vez más, me quedo con la mierda en la mano», confiesa en otro correo electrónico.
El expresidene de Caja Madrid no quería que la comisión de control de la entidad pudiera poner en peligro la compra del Banco de Florida -una operación por la que fue imputado- y prohibió a sus colaboradores que dieran más datos que los que él considerara oportunos. Así, el 21 de abril de 2008 el presidente de dicho organismo, Pablo Abejas, solicita a Blesa «conocer con el máximo detalles la operación de compra». Ante la falta de respuesta vuelve a insistirle unos días después y en esa ocasión Blesa sí contesta para dejar claro su postura. «La tendrás [la información] antes del miércoles y será la necesaria para que la comisión cumpla su función estatutaria pero nada más». Al mismo tiempo, Blesa da instrucciones precisas a Enrique de la Torre sobre el asunto. «No les des nada en absoluto, ni tú ni nadie. La petición es a mí y yo le daré lo que crea necesario (...). La comisión de control no va a supervisar jamás los contratos de compras de la Caja, no es su misión».
Finalmente, Blesa envía una carta al órgano en el que informa someramente del «proyecto de adquisición de un banco en Estados Unidos» en el que comunica que el valor asignado a la entidad es de 742 millones de euros. Pese a la escasa información la comisión se da por satisfecha.