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Litvinenko y su supuesto asesino iban a colaborar con las autoridades españolas

La viuda del exagente del KGB cree que esta actividad fue la causa de que lo envenenaran con polonio en 2006, lo que provocó su muerte

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Marina Litvinenko, la viuda del exagente del KGB que murió en noviembre de 2006 en Londres como consecuencia del envenenamiento radioactivo por haber estado en contacto o haber ingerido polonio, declaró a Scotland Yard poco después de su muerte que su marido iba a viajar a España para colaborar con los servicios de seguridad junto con Andrei Lugovoy, a quien la Policía británica acusa de ser el presunto asesino.

El testimonio de la viuda trascendió ayer cuando el juez encargado de la investigación sobre las circunstancias de la muerte anunció que ha descartado analizar la presunta cooperación de las autoridades de Rusia en el posible crimen y si las fuerzas de seguridad británicas pudieron prevenirlo por conocer las actividades de Litvinenko, que cooperaba con la Inteligencia de Reino Unido.

El juez sir Robert Owen se declara impotente para indagar sobre ambas posibilidades con la evidencia pública que emergerá en la encuesta después de que el Gobierno británico lograse que un tribunal confirmase su exigencia de que los documentos secretos que demandó el juez y que ha consultado privadamente no pueden ser utilizados en la comisión porque suponen un riesgo para la seguridad del Estado. El juez Owen destaca que los abogados de Marina le remitieron un documento en el que se afirma que la viuda declaró a la Policía que «se suponía que Lugovoy acompañaría a Litvinenko bajo los auspicios de los servicios de seguridad españoles». Y luego añadió: «Eso no pudo escapar la atención de los oficiales del MI6 (servicios de inteligencia británicos) que llevaban el caso».

Según la viuda, que declaró en una entrevista reciente que da más credibilidad que en el pasado a la hipótesis de que su marido fuese asesinado por su colaboración con las autoridades españolas, el MI6 tendría que haber analizado la posibilidad de que Lugovoy fuese un agente doble. Litvinenko y Lugovoy habrían entablado una colaboración conjunta con empresas de seguridad británicas y el fallecido habría cooperado con las autoridades españolas para detener a personas residentes en España vinculadas a redes mafiosas y al blanqueo de fondos tras la detención en Rusia de los patrones de la petrolera Yukos.