David Cameron, visita la caseta en el barrio de londinense de Southall donde la policía descubrió ayer a inmigrantes ilegales. :: D. BEBBER/ AFP
MUNDO

Reino Unido se protege de los inmigrantes

Cameron impulsa medidas para restringir el acceso de extranjeros comunitarios a ayudas sociales

LONDRES. Actualizado: Guardar
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David Cameron comenzó ayer la jornada en compañía de policías británicos que habían encontrado en un barrio del oeste de Londres, Southall, una vivienda en la que se alojaban supuestos inmigrantes ilegales. El distrito en el que se desarrolló la operación policial y política es una pequeña comarca del sudeste asiático en la que el paisaje humano en las calles, los comercios, restaurantes o templos muestra que viven indios, paquistaníes, cingaleses...

Poco después, el Gobierno anunció la introducción urgente en el Parlamento de algo que no tenía nada que ver con la expedición matutina: nuevas reglas sobre el acceso a subsidios de desempleo o de vivienda por inmigrantes de la UE, que limitarían el derecho a reclamar el primero a quienes han residido al menos tres meses en Reino Unido y al segundo a quienes, tras seis meses de recibirlo, tengan una perspectiva realista de conseguir empleo.

El diario The Sun, el más leído, presentaba en su portada un ultimátum al primer ministro: «¡Trace una línea roja en inmigración o fuera!». Incluía un comentario editorial: «El pueblo británico y The Sun emiten esta demanda a David Cameron de una línea roja: recupere en la UE el poder de detener la inmigración. Si no puede parar la marea, es prácticamente seguro que el país votará por marcharse de la UE en su referéndum».

Partió Cameron hacia la cumbre europea con esa advertencia y con el eco causado por la filtración, hace unos días, de un documento interno del Ministerio de Interior en el que se analiza la posibilidad de fijar una cuota de 75.000 inmigrantes anuales de la UE. Esta medida sería contraria al movimiento libre de personas que es un principio fundacional de la comunidad europea, a la que Bulgaria y Rumanía acceden con pleno derecho el 1 de enero.

Según la BBC y la información oficial, las medidas urgentes propuestas por el Gobierno ya se aplican. Para analistas de la economía de migración, intentan atajar un problema que no existe. Pero el Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), que podría ganar las elecciones europeas en mayo de 2014, lo considera un problema mayúsculo. Las medidas son, según su líder, Nigel Farage, intentos de «curar con gasas una hemorragia arterial».

La preocupación británica se debe a la inminencia del libre movimiento de búlgaros y rumanos. Hasta 2011, cuando se introdujeron restricciones a la residencia y empleo de rumanos, España había acogido a más de 800.000 y era el segundo país de la UE, tras Italia, como destino de habitantes de ese país. Ha sido el destino predilecto de la UE para ciudadanos búlgaros (algo más de 150.000), muy por encima de Alemania, segundo, con unos 75.000.

Estas cifras del Instituto Nacional de Análisis Económico (NIER) ilustran el temor británico. Desde la ampliación de la UE a los ocho primeros miembros de Europa del Este, España o Italia han acogido poco más de cien mil inmigrantes de esos países, pero Reino Unido unos 800.000, especialmente polacos, que en el censo de 2011 eran más de medio millón.

Rumanos y búlgaros han tenido el acceso restringido, dándose permisos temporales especialmente en tiempos de cosecha, pero, según la Oficina Nacional de Estadísticas, en julio de 2012 residían en territorio británico 94.000 nacidos en Rumania y 47.000 en Bulgaria. El Gobierno británico teme ahora que se produzca un aumento dramático, como ocurrió con los polacos, y que eso tenga repercusión en los subisidios, en los servicios públicos y la cohesión social.

Beneficio

Según un estudio reciente del Centro para la Investigación y el Análisis de la Migración, los inmigrantes europeos entre 2001 y 2011 aportaron un beneficio neto de unos 25.000 millones a la economía británica, mientras que ciudadanos de Reino Unido e inmigrantes asiáticos y africanos habían producido una pérdida neta al Estado entre lo que aportan y reciben. Las cifras del Ministerio de Trabajo y Pensiones de febrero de 2013 tampoco ofrecen un panorama grave.

De los inmigrantes europeos en edad de trabajar, el 5,9 % recibía algún subsidio. La cifra era ligeramente superior en el caso de los británicos, 6,7%. El caso de los españoles es ilustrativo. Se registraron en la Seguridad Social, el segundo país de procedencia por detrás de Polonia, 45.530 en 2012-13, un aumento del 50% con respecto al ejercicio anterior. Pero 2.610 recibían subsidio de desempleo, en la posición vigésima por país de origen, por detrás de holandeses. Y no aparecen en las tablas de primeros veinte países en la recepción de ningún otro subsidio.