Rajoy y Rubalcaba van de la mano contra el pulso soberanista

Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba aprovecharon el último pleno de control al Gobierno del año para dejar claro en el Congreso que los dos grandes partidos irán de la mano para impedir que se celebre la consulta soberanista que impulsa Artur Mas. Rubalcaba insistió en la «posición inequívoca» del PSOE contra el derecho de autodeterminación y el jefe del Ejecutivo contestó, complacido, que nunca había dudado del rechazo de los socialistas a este concepto que no cabe en la Constitución y de que cuenta con su respaldo para frenar el desafío independentista.

No es tan así. Hasta hace muy pocas semanas el jefe del Ejecutivo aprovechaba cada ocasión para meter el dedo en el ojo al líder de la oposición a cuenta de la discrepancia con el PSC por su defensa del derecho a decidir. Ahora las cosas han cambiado. Los socialistas catalanes se han apartado abiertamente de la deriva soberanista de Mas y el desafío más vivo que nunca, el Ejecutivo reconoce su alivio.

Sin embargo, el jefe de la oposición completó su negativa al referéndum con la insistencia en la necesidad de que Rajoy abra ya una fase de diálogo con el resto de partidos para reformar la Constitución y aprovechar este proceso para actualizar también la estructura territorial de España, de forma que entre todos se pueda ofrecer una salida a la «difícil situación» que atraviesan las relaciones entre las instituciones del Estado y Cataluña. «Sé que no es un asunto fácil, pero creo que lo tenemos que hacer», señaló.

El llamamiento de Rubalcaba en el Congreso solo recibió la callada por respuesta del presidente del Gobierno que, recalcada la oposición común a la consulta catalana, cambió de tema y retornó al balance de sus dos primeros años de gestión. Rajoy sin querer negarse en redondo, ya ha dejado claro que no ve en este momento el consenso político suficiente para abordar una reforma constitucional.