La CEOE defiende el contrato a tiempo parcial como «salida» para crear empleo

Los mayores del lugar recordarán cómo sus padres o ellos mismos compaginaban en torno a los años sesenta varios trabajos para llevar un sueldo suficiente a casa. Antes de la crisis se consideraba al mileurista como el trabajador más precario mientras que ahora ganar mil euros al mes se ve hasta como un triunfo. La salida de la crisis desde el punto de vista laboral, que es al fin y al cabo el que interesa a la mayoría, no va a ser fácil. El presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Joan Rosell, aseguró ayer en un encuentro con periodistas que la modalidad a tiempo parcial va a ser «el contrato estrella de cara al futuro» y la «salida» que tiene España para crear empleo como ya hicieron otros países. Rosell reclamó imitar la legislación alemana, donde hay 4,6 millones de 'minijobs' y una parte de ellos lo suman a otro trabajo. En Alemania la tasa de ocupación a tiempo parcial es del 25% y en Holanda del 50%, frente al 15% de España. El máximo representante de los empresarios sí se mostró partidario de «poner un límite» a la concatenación de los contratos temporales y de subir los salarios a partir de 2015 si la economía crece.

Potenciar el contrato a tiempo parcial es una de las claves de la segunda vuelta de la reforma laboral que prepara el Gobierno, pero hay otras como la simplificación de los contratos y la clarificación de la ley de cara a los tribunales. A juicio del presidente de CEOE, no se puede permitir que los jueces interpreten la ley y «si la norma no está clara, hay que cambiarla». Desde la aprobación de la reforma laboral a comienzos de 2012 se han sucedido las sentencias declarando nulos los expedientes de regulación de empleo o la aplicación de la ultraactividad de sólo un año que consagra la ley, lo que ha sido motivo de queja de muchas empresas por la inseguridad jurídica que, según dicen, genera.

El líder de CEOE no evitó pronunciarse tampoco sobre los dos temas que centran la polémica en estos momentos: los cursos de formación de los trabajadores subvencionados con las cuotas a la Seguridad Social -en pleno debate por las supuestas facturas falsas de UGT Andalucía- y la situación en Cataluña. Sobre el primero, Rosell reclamó que los empresarios puedan disponer libremente del dinero que aportan y lo destinen a la formación que ellos elijan. «Sería incomprensible que el 0,6% que pagamos nosotros lo gestionaran otros. Queremos que vaya a bonificaciones, a un cheque de formación», afirmó. Rosell llegó a afirmar que la Fundación Tripartita -en la que participa el Servicio Público de Empleo, los sindicatos y las patronales para diseñar y gestionar los planes de formación- «ya está agotada y su desaparición va a ser un hecho».