El último de una generación única
Aseguraba que «hacíamos en público lo que los demás hacían entonces en privado y ahora es parte del espectáculo» Peter O'Toole, Richard Harris, Richard Burton o Peter Finch hicieron leyenda en los escenarios y en los pubs de Londres
Actualizado: GuardarCon Peter O'Toole, con unos ojos azules como piscinas, los más famosos del cine, desaparece el último actor de una inolvidable generación de intérpretes británicos, que eclosionaron en los años 60 y que compaginaron con igual éxito cine y teatro. Con sus compañeros Richard Harris, Richard Burton o Peter Finch y alguno de una generación posterior como Michael Caine hicieron leyenda cada tarde en los escenarios del Soho londinense y cada noche en pubs y garitos en los que el alcohol manaba en abundancia.
Con O'Toole se va una manera de afrontar la vida, tan excesiva como los personajes que interpretaba, en donde vivir era una experiencia tan gratificante como el subirse a un escenario. «Nos anticipamos a los 60. Yo, Burton o Richard Harris hacíamos en público lo que los demás hacían entonces en privado y ahora es parte del espectáculo. Bebíamos en público y sabíamos lo que era la maría», aseveró una vez. «Si entonces todos éramos bebedores, Peter era el peor», ha escrito en sus memorias Michael Caine. Aquel modo de vida le pasó factura, pero el actor sobrevivió a aquellas juergas regadas de alcohol que sacudieron a la capital británica.
Su dependencia del whisky le situó en 1976 al borde de la muerte, cuando le tuvieron que extirpar parte del estómago y el intestino. Dado que su páncreas resultó gravemente afectado, pasó a convertirse en dependiente de la insulina. También contrajo una enfermedad aparentemente mortal de la sangre, aunque posteriormente se recuperó, pero tras la convalecencia obligada regresó inmediatamente a los escenarios. Sus trabajos para el cine traspasaban la pantalla, en la escena era un gigante, por lo que el público le adoraba olvidando sus excesos.
Rebeldía mítica
Su rebeldía también fue mítica: Desde la Real Academia de Arte Dramático O'Toole protagonizó fuertes manifestaciones contra la intervención británica en la guerra de Corea en los 50, y en los sesenta se manifestó como un gran opositor a la guerra de Vietnam. Políticamente incorrecto, nunca se calló.
Con casi 100 películas a sus espaldas, este actor que un día fue Don Quijote en 'El hombre de la Mancha' logró ocho candidaturas a los Oscar siempre como Mejor Actor pero nunca obtuvo ninguno, algo que también le ocurrió a su compinche de juergas Richard Burton. Hubo que esperar al año 2003 (con sólo setenta años) para que se le otorgase un accidentado Oscar Honorífico a toda su carrera, que primero rechazó, considerando que ése era un premio para los ya retirados; así que escribió una virulenta carta a la Academia: «...sigo aquí, y en activo, en el juego -decía- y me gustaría disponer de tiempo, diez años más por lo menos, para ganarme esa preciada mierda a pulso; en todo caso y, si es posible, que me lo reserven para cuando cumpla los 80 años...», pero finalmente aceptó.
Como curiosidad cabe reseñar que O'Toole era uno de los cuatro actores de la historia del cine nominado dos veces al Oscar por el mismo personaje, pero en películas distintas: la primera, por su trabajo como Enrique II en 'Becket' (1964) y la segunda, igualmente como Enrique II pero en 'El León en invierno' (1968).
Sus últimos trabajos han sido la cinta mexicana 'Cristiada' y 'Katherine of Alexandria'. Cuando anunció su retirada en 2011, el actor hizo balance: «El cine me ha dado apoyo público, satisfacción emocional y bienestar material. Me ha relacionado con buena gente, buenos compañeros con los que he compartido la inevitable suerte de todos los actores: éxitos y fracasos. Sin embargo, creo que cada uno debe decidir por sí mismo cuándo es el momento de finalizar su estancia». Y concluía: «Esta es una despedida de la profesión sin lágrimas y profundamente agradecida».