La familia de Alcalá vivía de recoger cartones y tenía el piso embargado
La única hija de los cuatro miembros que se ha salvado evoluciona bien en un hospital sevillano, mientras se investiga si las muertes se debieron a un alimento caducado
SEVILLA. Actualizado: GuardarEnrique Sánchez, de 61 años, y su mujer Concepción, de 50 años, se levantaban cada mañana temprano para ir a recoger cartones y plásticos de los contenedores en una modesta furgoneta mientras las dos niñas, de 14 y 13 años, se iban al instituto. Enrique era fontanero de profesión y desde el comienzo de la crisis se había quedado en paro, por lo que intentaba sacar algo de dinero con los cartones para ir tirando.
La noche del sábado comieron pescado, según ha contado la pequeña de la familia, Vanesa, la única sobreviviente de una tragedia que ya los políticos achacan a la crisis y a los recortes. La familia también tenían la vivienda embargada. Enrique, Concepción y la mayor de las hijas, vecinos de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) murieron la madrugada de este domingo al parecer intoxicados por la ingesta de un alimento en mal estado.
La autopsia realizada ayer a las tres víctimas determinará qué alimento acabó con sus vidas, mientras el pueblo de Alcalá de Guadaíra, en el cinturón industrial de Sevilla, sigue consternado por la tragedia. El Ayuntamiento ha decretado tres días de luto, según informó su alcalde, Antonio Gutiérrez Limones. El caso está bajo secreto sumarial. Familiares de los fallecidos negaron que estos consumieran alimentos caducados como al parecer informó un vecino, según refirió el alcalde a este periódico.
Todas las fuentes coinciden en que pasaban grandes apuros, «como muchas otras familias en esta crisis». El padre había solicitado el pasado octubre el salario social que otorga la Junta de Andalucía a familias sin ingresos, confirmó Gutiérrez Limones. Este, no obstante, también refirió que no eran habituales de los servicios sociales y que incluso ninguno del matrimonio se apuntó al plan de empleo que el Ayuntamiento abrió recientemente para contratar a 400 personas en paro de larga duración y tampoco han solicitado ayuda para alquileres sociales. La vivienda familiar, situada en un bajo de una barriada popular, Rabesa, había sido embargada por impago, pero no se había ejecutado el desalojo.
La única buena noticia de esta tragedia es que la pequeña Vanesa ha pasado a planta del Hospital Virgen del Rocío. Se ha quedado sin sus seres más cercanos en una noche, pero aún tiene dos hermanos de una relación anterior de su padre. Uno de los hermanos vive en Valencia, según informa Efe, mientras que la hermana, que reside en Alcalá de Guadaíra, ha comunicado a los servicios sociales que se hará cargo de la menor.
Denuncia de negligencia
Lo acontecido esa noche también será investigado. Los familiares se plantean denunciar al Servicio Andaluz de Salud por supuesta negligencia al entender que el médico que atendió a la familia debió haberse percatado de la gravedad de la intoxicación.
Desde la Consejería de Salud se insistió ayer que se cumplieron los protocolos establecidos. A las 2.55 de la madrugada del domingo la familia llamó a Urgencias tras sentir los síntomas de vómitos y mareos. Un equipo móvil del Dispositivo de Cuidados Críticos de Urgencias de Alcalá de Guadaíra, compuesto por un médico, un enfermero y conductor, se personó en la casa. A las 9.55 el padre volvió a llamar tras seguir sintiéndose mal y ver a la mayor de las hijas inerte. Cuando la ambulancia llegó de nuevo al domicilio encontró a la menor en parada cardiorrespiratoria y al matrimonio muy grave. Fallecieron en el hospital Valme de Sevilla.
La noticia tuvo eco político. El dirigente del PSOE madrileño, Tomás Gómez, culpó a los «bancos y las élites» de los recortes y la crisis. El coordinador de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, achacó a los recortes del Gobierno central la tragedia.