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La guerra del extremismo contra la información

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La guerra ha dividido Siria en tres partes bien diferenciadas. Como ocurre en el vecino Irak, los kurdos consolidan día a día una especie de región autónoma al norte, donde las fuerzas leales a Bashar el-Asad siguen presentes, pero sin poder hacer frente a las milicias locales que son las que han tomado el control. El régimen mantiene su cuartel general en Damasco, es dueño de la zona costera donde vive la minoría alauí, secta derivada del chiísmo a la que pertenece el presidente, y tiene presencia en los centros urbanos de las principales ciudades, pero ha perdido presencia en la mayor parte de las zonas rurales. En los lugares fuera de control del régimen comienza a levantarse la nueva Siria de los grupos armados de una oposición fragmentada, donde el mayor peso militar recae en grupos vinculados a Al-Qaida o en el recientemente creado Frente Islámico.

Suyo es el control de las zonas rurales y de la mayor parte del norte y este. Se trata de zonas próximas a las fronteras turca e iraquí que les sirven de cordón umbilical para la llegada de armas y combatientes. Desde el punto de vista de la información, Siria se ha convertido en «el país más peligroso del mundo», según denuncia Reporteros Sin Fronteras (RSF), que eleva a 27 el número de periodistas y 91 ciudadanos-periodistas sirios muertos desde el estallido de la crisis en 2011. De acuerdo con los datos de esta organización, más de 60 informadores están detenidos, han desaparecido o han sido secuestrados. Es el caso de Javier Espinosa o Ricardo García Vilanova, los dos últimos reporteros en sumarse a esta lista tras hacer público sus familias que desde el 16 de septiembre se encuentran en manos del Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL, por sus siglas en inglés), grupo vinculado a Al-Qaida.

La prensa internacional llega con cuentagotas a la zona kurda y al territorio que controla el régimen, que expide visados a aquellos informadores que nunca han entrado de forma ilegal al país, pero ya no trabaja en las áreas que controla la oposición armada. El ISIL se ha convertido en «la principal amenaza para los actores de la información», según RSF, que recuerda que el grupo radical ejecutó la semana pasada al cámara iraquí Yaser Faisal al- Jumaili.