El 'asesino señorito' queda en libertad por la 'vía Parot' tras pasar 21 años preso
Joaquín Villalón Díez salió ayer de la cárcel de Segovia con informes psíquicos de riesgo por su reconocida psicopatía
MADRID. Actualizado: GuardarDespués de pasar 21 años entre rejas, Joaquín Villalón Díez abandonó ayer por la tarde la prisión de Segovia beneficiado por la anulación de la doctrina Parot. Sin la atención mediática que tuvieron las salidas de Miguel Ricart o del 'violador del ascensor', Pedro Luis Gallego, el conocido como 'asesino señorito', liquidó sus cuentas con la Justicia y ya es un hombre libre, pero temible ya que está en la calle con un cuadro psíquico de alto riesgo, según señalaron fuentes jurídicas.
La Audiencia de Madrid resolvió ayer la extinción definitiva de la responsabilidad criminal de Villalón Díez, condenado a 59 años y 4 meses de prisión por asesinar a dos transexuales en la capital en otoño de 1992. Entonces el reo estaba de permiso carcelario, ya que cumplía una pena por estrangular a su amante en el transcurso de una discusión y trasladar su cadáver hasta un taller donde la descuartizó con una sierra mecánica en 1981.
Este primer episodio muestra la frialdad con la que actuaba el 'asesino señorito', sobrenombre que se le puso por la impecable percha que presentaba el hombre que esparció su terror sanguinario entre el colecivo transexual de Madrid. Un estado que los peritos diagnosticaron como «un transtorno psicopático de la personalidad con posibles rasgos esquizoides y paranoides, que retratan su frialdad, desadaptación, paroxismo, insinceridad, falta de afectividad, egoismo y megalomanía...».
Fetichismo
A esto se suma un trastorno de sexualidad que se concreta en el denominado «trasvestismo fetichista», reseñaban entonces los especialistas. Es decir, esa fijación por los transexuales para conseguir por cualquier medio su fin, que no era otro que matarles para robar sus pertenencias.
Fue esa fijación con los transexuales y el dinero el que sembró el miedo en Madrid en otoño de 1992. En la noche del 27 de septiembre, en un permiso carcelario tras cumplir diez de los 17 años de su condena, Villalón se disfrazó de 'asesino señorito' para visitar la casa de José Indalecio C. R., conocido como 'Carmen', rociarle con un espray, dejarle inconsciente, atarle una cadena al tórax y prenderle fuego. Murió cuatro meses después por las graves quemaduras causadas. Y el 9 de octubre visitó a José Manuel M. S., 'Joana', en su casa y de buenas a primeras le dio una paliza, llenó su bañera y le ahogó. Después le robó pertenencias valoradas en más de 1,6 millones de pesetas. El 28 de octubre la Policía le detuvo en su casa y halló el botín.
En 1999, en un seminario del extinto Centro Reína Sofía sobre la Violencia, Villalón Díez grabó un video en que pedía un tratamiento para reprimir ese «algo en mi interior» que le empujaba al crimen. Los especialistas advirtieron que el reo ahora liberado «deshumanizaba» a sus víctimas durante su relato.