Sociedad

El Sorolla más viajero, popular y colorista

'Fiesta y Color' recrea el periplo del pintor por toda España en busca de tipos y trajes para su mural neoyorquino

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Durante ocho años Joaquín Sorolla Bastida (1863 -1923) afrontó uno de sus proyectos más ambiciosos. Quería catalogar con su paleta y sus pinceles la España más colorista, auténtica y popular, enraizada en sus tradiciones, y preparar así el encargo del millonario estadounidense Archer Huntigton para decorar la Hispanic Society de Nueva York. Buscó y pintó paisajes y tipos populares ataviados con sus trajes típicos, una ardua labor que dio pie a una fascinante serie. Para Sorolla fue una prueba de fuego retratar a esas mujeres y hombres de toda España. Lo hizo a tamaño natural siempre que pudo en la treintena de los cuadros que consideró «estudios» y que exhiben ahora el museo Sorolla en la muestra 'Fiesta y Color. La mirada etnológica de Sorolla', junto a trajes, joyas y aderezos populares que el artista coleccionó.

El maestro de la luz y el color realizó entre 1912 y 1914 el grueso de estas pinturas no expuestas desde hace años y que reposan en los almacenes del recoleto museo que dirige Consuelo Luca de Tena, que exhibe una pequeña parte de los miles de originales que atesora del genio valenciano.

Ante las pinturas se lucen algunos de los trajes regionales que en muchos casos Sorolla adquirió. Otros son del museo del Traje, la Fundación Argentinita o cedido por los herederos del pintor para exhibirlos junto a los lienzos que inspiraron y piezas de joyería, fotografías cartas y atavíos populares nunca antes vistos en público. Covadonga Pitarch, comisaria de la muestra, indaga «en la mirada etnográfica de Sorolla, que buscaba lo auténtico y más pintoresco del carácter español». Su aventura arranca en 1911, cuando firma con Huntigton un contrato para «pintar una serie de paisajes de las provincias en las que se realzan los trajes típicos», la serie 'Regiones de España' destinada a la Biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York.

Sorolla decide conocer de primera mano y pintar del natural los trajes y tipos populares, los paisajes y matices de la luz de cada región. «Pero los trajes regionales desaparecían. Los pastores, por ejemplo, ya no vestían con la indumentaria que interesaba al artista» recuerda la comisaria. El pintor se documentó, compró fotografías, y luego recopiló y coleccionó trajes de fiesta y labor, joyas y todo tipo de complementos: sombreros, mantas o alforjas que retratan a tamaño natural en los «estudios» que le sirven de boceto y documentación visual para sus pinturas. «Fueron obras muy relevantes para el artista y su familia: las tuvieron entre las más destacadas de su producción y cuando se tasó la colección de Sorolla fueron algunas de las más caras», apunta Pitarch.

Sorolla viajó en los ocho años anteriores a la gran exposición del Traje Regional celebrada en Madrid en 1925 y que incrementó el interés coleccionista por estas indumentarias, por lo que su colección conserva algunas rara y valiosas piezas. Buscó autenticidad entre las gentes del pueblo que mantenían intactas costumbres y tradiciones ancestrales. En aquellas «excursiones» en pos de inspiración para sus grandes cuadros adquirió la pequeña e interesante colección de indumentaria y joyería popular completa ahora con la donación de la Familia Pons Sorolla y que se expone por primera vez.

Son 25 pinturas entre figuras y paisajes y nueve vestimentas, con la joyería correspondiente a cada traje, procedentes de Castilla, Valencia, valles pirenaicos, y Andalucía. Castilla, la región que más emocionó a Sorolla y que recorrió durante dos años, es el arranque al de la muestra, con 17 bocetos y trajes de Lagartera (Toledo) y La Alberca (Salamanaca), un vestido de charra de la colección de Isabel de Borbón y cuadros como 'Tipos de Lagartera', 'Tipos de Salamanca' y 'Novios Salmantinos'.

Valencia es otra etapa crucial, con cuadros costumbristas de pequeño formato exhibidos junto al traje de labradora valenciana. También pintó y adquirió Sorolla trajes típicos de Aragón en su viaje pirenaico realizado en 1911 desde San Sebastián, donde veraneaba en familia. Andalucía cierra el periplo, con recreaciones flamencas en 'Visión de España', 'Baile en el café o 'Novedades de Sevilla', un encargo de Thomas Fortune Ryan. En la última sala está 'Bailaora Flamenca', boceto de 1914 que se muestra junto a un vestido de Encarnación López, la legendaria 'Argentinita'.