Economia

La España posrescate financiero estará vigilada por Europa hasta 2027

La Comisión y el BCE visitarán dos veces el país hasta reintegrar el 75% de los 41.300 millones y el MEDE hará lo propio hasta abonar la totalidad

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El rescate financiero de España, quizá la peor pesadilla a la que se ha enfrentado el Gobierno de Mariano Rajoy, está a escasas semanas de llegar a su fin. Concluye como «un éxito» a ojos de Europa y de numerosas instituciones internacionales, pero no menos cierto es que se loa un cáncer que se ha logrado atajar a tiempo pero que ha estado a punto de acabar con un país. España saldrá «limpia» del rescate bancario, como se anunció hace un mes, pero hay que revisar la letra pequeña: el país seguirá bajo la estrecha vigilancia de los socios del Eurogrupo que ayer, en Bruselas, comenzó a definir las grandes líneas de qué pasará el 'día después'.

Su pretensión es que se cumpla con la legislación vigente (el llamado 'Two Pack') y que la estrecha vigilancia continúe hasta que el Estado devuelva el 75% de los 41.300 millones recibidos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), para salvar fundamentalmente a las cajas de ahorros. A diferencia de lo ocurrido en el último año y medio, los hombres de negro del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no formarán parte de la troika, dejando el peso a los expertos de la Comisión, que estarán apoyados por el Banco Central Europeo (BCE). Lo harán dos veces al año en lugar de cuatro.

Así lo aseguró anoche el vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, Olli Rehn, que no se refirió específicamente a España pero sí a Irlanda, que también acaba de salir «limpia» del rescate y que marca el camino a seguir -ha recibido 85.000 millones, la mitad de su PIB, para salvar al país de la quiebra-. Sin embargo, el director del MEDE, el alemán Klaus Regling, sí citó a España al afirmar que «la idea es garantizar que los países paguen». «Tendremos que estar allí hasta que se devuelva todo», advirtió.

El MEDE trabajará con un sistema de «alerta temprana», según el cual «hará análisis cada vez que venza un pago -que en algunos casos es trimestralmente- de si el dinero está disponible y previsto en el presupuesto». «Tenemos que proteger los recursos del fondo de rescate», justificó su máximo responsables. Según el calendario fijado, si no hay amortizaciones tempranas, el Estado dejará de estar atado en 2027.

El Gabinete Rajoy se enfrenta a ahora a la batalla del relato: vender el «éxito» del programa de asistencia financiera a seis meses de las elecciones europeas. No será fácil.

Reformas y unión bancaria

El Eurogrupo de ayer, donde también se abordó el programa de rescate griego, el de Chipre y la delicada situación que atraviesa el sector financiero de Eslovenia -algunos analistas cifran en 5.000 millones el dinero que Europa deberá inyectar-, sólo fue una suerte de ensayo del gran partido que se jugará hoy. Para muchos, una final. Será en el Ecofin, el órgano que reúne a los ministros de Finanzas de los Veintiocho socios de la UE y que deberá acordar una salida digna a la unión bancaria, el «proyecto más importante de Europa desde la creación de la moneda única».

Anoche se sucedieron las reuniones bilaterales y cenas a varias bandas para desbloquear un proyecto clave para la gobernanza económica de la UE. Países como Francia, Italia o España buscan que Alemania dé su brazo a torcer para constituir un Mecanismo Único de Resolución (MUR) que esté bajo el control de la Comisión o, en su caso, del MEDE. Asimismo, debería tener poderes plenos para rescatar o incluso liquidar una entidad financiera, una cesión de soberanía que en Berlín, paradigma de la ortodoxia, da vértigo.

También mañana y en un plano más doméstico, el Ecofin volverá a hablar de España. Y lo hará para pedir a Moncloa que aplique por completo y con rapidez las reformas pendientes, con un seguimiento más estricto de las cuentas de las comunidades autónomas y la modernización de los servicios de empleo, y con mayores garantías de independencia de la futura autoridad fiscal.

La esperada reforma tributaria, con efectos para 2015, quedará a priori fuera del texto aunque no del debate a expreso deseo del Gobierno.