La sangría laboral silenciosa
Más de un millar de empleados de sucursales bancarias han perdido su empleo y apenas han sido noticia
Actualizado: GuardarHay clases y clases entre los trabajadores, no sólo en función del poder adquisitivo o la responsabilidad que se tiene en la toma de decisiones; también existen diferencias notables entre aquellos que saben llamar la atención de la ciudadanía y trasladarle sus problemas laborales y los que sufren en silencio las consecuencias de esta dramática crisis. Los periodistas conforman uno de los colectivos que más está padeciendo la pérdida de puestos de trabajo y, por tanto, el aumento de parados en sus filas de profesionales. Pese al cierre de medios, el empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores y los graves problemas de negocio que arrastra el segmento de la prensa escrita; apenas se ha hablado de la crisis en el sector y sólo ha sido noticia a raíz del cierre de la televisión pública valenciana.
Pero los periodistas no son los únicos profesionales cuyas desgracias laborales no acaparan titulares. Como recogen las páginas de la edición de hoy de LA VOZ, más de 200 sucursales bancarias han cerrado en la provincia en los últimos cinco años. Este desmantelamiento progresivo de lo que fueron grandes redes de oficinas tiene una consecuencia clara: más de un millar de trabajadores se ha quedado en la cuneta y se pueden contar con los dedos de la mano las noticias que han protagonizado. Cuesta mucho encontrar alguna declaración de apoyo o que muestre cierta preocupación por parte de los políticos.
Habrá quien responda de inmediato que estos trabajadores, como los periodistas, no han sabido pelear por sus puestos ni hacer ruido como los de Navantia. Quizás tengan razón y el silencio sea la recompensa, pero estos trabajadores, como los que visten el mono azul, también tienen meses por remontar, familias que mantener y un futuro negro por resolver.