La ONU culpa a El-Asad de crímenes de guerra en Siria
La alta comisionada para los derechos humanos asegura que un informe demuestra la implicación de «los niveles más altos» del régimen de Damasco
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarLa sorpresiva docilidad de Bashar el-Asad en el cumplimiento de los acuerdos para desmantelar su arsenal químico puede haberle alejado del punto de mira de los misiles estadounidenses, pero no de los investigadores internacionales. La alta comisionada para los derechos humanos de la ONU Navi Pillay aseguró ayer que las pruebas que le acusan de crímenes de guerra apuntan directamente hacia él.
Pillay, al igual que los cuatro miembros del comité investigador que preside el brasileño Paulo Sergio Pinheiro, ya habían acusado al Gobierno sirio de crímenes de guerra con anterioridad, pero la alta comisionada asegura ahora que las pruebas que los inspectores están recolectando apuntan «a los niveles más altos», incluyendo a El-Asad.
Durante la presentación del informe sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, Pillay contó horrorizada que «la escala y la brutalidad» de los crímenes que se están cometiendo en Siria es tal que cuesta creerlos. Pillay reconoce que los abusos ocurren tanto en el lado rebelde como el del Ejecutivo, pero advierte que la mayoría procede de este último. Junto con Corea del Norte, Siria es el país del mundo donde se perpetran los peores abusos contra los derechos humanos, según contó.
Pillay aclaró que sus palabras se basan en lo que ya ha dicho la Comisión Investigadora Independiente Internacional sobre la República Siria, no en el contenido de la lista secreta de sospechosos que custodia con celo. «Es una lista que ni siquiera yo puedo abrir», explicó. «Me la han dado sellada y así debe permanecer hasta que haya una investigación con credibilidad para hacerse cargo de ella. Ojalá pudiera decir lo que hay en ella».
«Evidencias masivas»
Lo que sí sabe es que contiene «evidencias masivas», por lo que reiteró su petición de que el Consejo de Seguridad de la ONU remita el caso al Tribunal Penal Internacional. China y Rusia han amenazado con utilizar su derecho a veto si alguna vez llega a votarse. Pillay confesó que, como juez, agoniza con la decisión de cuándo debe hacer pública la lista de sospechosos, consciente del derecho de las víctimas a conocerla y del de los sospechosos a ser considerados inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
En los tres años de guerra civil que devora al país, más de 125.000 personas han muerto ya en Siria, según los últimos datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La alta comisionada recordó que la gran mayoría de esas muertes -más de 100.000- se han producido con armas convencionales, por lo que pidió que el tema de la armas químicas no sirva para desviar la atención de estos graves abusos.