Moody's volvió a generar controversia la semana pasada al quitar la nota máxima (triple A) a la deuda soberana de Francia. :: AFP
Economia

La UE cuestiona a las agencias de rating por su conflicto de intereses

La Autoridad Europea del Mercado de Valores ve «deficiencias» a la hora de evaluar la deuda soberana de los países

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las agencias de calificación de riesgo, el monopolio que ostenta el tridente estadounidense Standard & Poor's, Fitch y Moody's, siguen sin ser muy bien vistas en una Europa que desde 2011 se siente atacada. Y no es una cuestión sólo de sensaciones. Así lo advirtió ayer la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA) en un duro informe donde denuncia la existencia de importantes «deficiencias» en su 'modus operandi' para valorar la evolución de un país y calificar su deuda soberana. Una nota casi vital para los mercados, capaz además de provocar que la prima de riesgo de un Estado se dispare en horas y, con ella, la factura de los intereses.

La conclusión, demoledora, se extrae de una investigación realizada entre febrero y octubre. Los técnicos advierten la existencia de posibles conflictos de intereses debidos a la ruptura de la confidencialidad exigible, los momentos elegidos para publicar las notas y la falta de los recursos necesarios para todo ello.

«La investigación de la ESMA ha desvelado deficiencias en el proceso de calificación soberana que podrían suponer un riesgo para la calidad, la independencia y la integridad tanto de las calificaciones como del proceso de calificación», afirmó ayer sin ambages Steven Maijoor, presidente de este organismo. Todavía es pronto para conocer si la UE promoverá algún tipo de sanción, ya que habrá que comprobar si se ha vulnerado la legislación vigente.

Standard & Poor's, Fitch y Moody's podrían enfrentarse ahora a multas de hasta el 20% de su volumen de negocio. De momento, el responsable de la ESMA instó a las agencias a actuar sin dilación exigiéndoles que «introduzcan mejoras en sus prácticas de trabajo para cumplir la ley y erradicar prácticas inadecuadas del pasado».

El prolijo estudio, titulado 'Investigación sobre las calificaciones soberanas', desarrolla cuatro hitos diferenciados. Uno de los más relevantes se refiere a la 'confidencialidad', clave de bóveda de un proceso que puede llevar a todo un país a la bancarrota al estar a expensas de un proceso calificador que le conduciría del paraíso de la triple A al infierno del bono basura.

Controles inadecuados

En este capítulo, la investigación detectó deficiencias, como la revelación de acciones de calificación inminentes a terceras partes no autorizadas, controles inadecuados en la circulación de información sobre 'rating' dentro de las propias compañías, la falta de control en el uso de consultores externos de comunicación o permisos autorizados «inadecuados» para acceder a este tipo de datos.

Un rosario de irregularidades administrativas también corroboradas en materia de conflicto de intereses y riesgos a la debida independencia. Por ejemplo, se han detectado anomalías en la implicación de los niveles más altos de la dirección de las agencias en estos procesos, en la participación de personal de comunicación en el proceso de 'rating' -lo que puede dar lugar a filtraciones a destiempo- o incluso en el funcionamiento del proceso de apelación.

En lo referido a los tiempos de publicación, la ESMA destaca que «ha habido retrasos significativos y frecuentes en la publicación de notas soberanas», así como deficiencias a la hora de comunicar previamente estas calificaciones a los países afectados. Para muestra, lo ocurrido el 6 de julio de 2011, cuando en pleno ataque de los mercados a la UE, Moody's bajó cuatro escalones la deuda de Portugal de un plumazo hasta dejarla en bono basura. Todo en el mismo día en el que había una subasta de deuda pública. Este hecho provocó la indignación del comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien afirmó que «este episodio desgraciado plantea una vez dudas sobre su comportamiento».