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Con la soga al cuello
Poley lidera la frustrada reacción verdiblanca ante un rival que, aunque se presenta sin entrenador y con jugadores que estaban apartados, logra la victoria El colista Écija vence en El Palmar y deja muy tocado al Sanluqueño
SANLÚCAR. Actualizado: GuardarDe mazazo en mazazo. La ansiada reacción no llega y el nerviosismo ya es más que notorio en El Palmar. El Atlético Sanluqueño únicamente ha sumado un punto de los últimos 24 posibles y la zona de descenso ya es su hogar. Al menos durante esta semana (para intranquilidad de la sufrida parroquia verdiblanca).
Muy lejos queda ya aquel 12 de octubre en el que el Sanluqueño cosechó su última victoria (2-1 al Granada B). El equipo desde ese momento sólo ha podido sacar un punto en Algeciras y, para más inri, fue con un sabor amargo porque se escaparon dos que ya estaban en el bolsillo.
Ayer continuó la trágica historia. Sin ir más lejos, el Écija, que llegaba sin entrenador (Alberto Olmo hizo esas funciones tras el adiós de José Manuel Borja) y como 'farolillo rojo', asaltó El Palmar (2-3). Uno más que lo logra esta temporada. Nada nuevo. Y ante tanto despropósito, buena parte de la afición silbó e increpó a Carlos Ríos, y entonó sus lemas: «¡Ríos vete ya!» y «Ole, ole, ole, Carrete y sus c...» ya empiezan a formar parte de la partitura verdiblanca. Mal asunto a estas alturas.
Y eso que no empezó mal la historia en una gélida tarde. Poley, que avisó estrellando un golpe franco en el larguero (13'), abrió la cuenta tres minutos más tarde al engañar a Sergio Sanz en el lanzamiento de un penalti. La pena máxima de Úbeda a Chakir fue clara. Sin discusión.
El propio Chakir tuvo el 2-0 en sus botas, pero el guardameta astigitano y su zaga lo evitaron antes del intermedio. Y como el que perdona lo paga, Humberto se encargó de colocar las tablas en el marcador en el minuto 30. Un gran lanzamiento de falta sirvió para alojar el cuero en el fondo de la red. Tocaba volver a remar.
Muy pronto llegó el siguiente varapalo. Álvaro Ocaña sorprendió a los locales al inicio de la segunda parte (1-2). Los nervios ya eran inevitables. Hasta que Poley, que reclamó antes un penalti por manos de la zaga tras un saque de falta, se sacó un golazo de la chistera para encender la mecha del Palmar (68'). 2-2 y más de 20 minutos de juego. La heroica era posible.
Pero todo se fue al traste en un abrir y cerrar de ojos. Los locales buscaron el empate a tumba abierta y el Écija aprovechó sus contras. Cervera (apartado del equipo esta semana) avisó en el 70' y Juanfri, que acababa de entrar en el césped, aprovechó una vaselina de Plata (otro de los apartados) para dar el golpe definitivo (75').
Ahí se acabó el partido. Cuando las cosas no salen...