El filial completa en Las Cabezas la aciaga mañana del cadismo

El Cádiz B sufrió ayer en el Polideportivo Carlos Marchena la derrota más dura de la presente temporada. A la misma hora que el primer equipo sucumbía en la capital hispalense ante el filial sevillista, los pupilos de Pepe Bermúdez recibían un varapalo considerable ante otro de los equipos a tener en cuenta en el Grupo X de Tercera División. Sin lugar a dudas, una mala mañana para cadismo.

Se trata de un simple traspié en la trayectoria más que notable del filial cadista, pero los tropiezos siempre escuecen. Y el de ayer tuvo un doble condicionante. Por una parte, el filial cadista recibió ayer su primera goleada en contra de la presente temporada (antes únicamente había perdido frente a Balompédica Lebrijana y Betis B en El Rosal, y en San Roque), mientras que, por otro lado, dejó su plaza en la zona de privilegio en las manos del Cabecense, su verdugo ayer. En realidad, dos aspectos anecdóticos a estas alturas de la competición, pero que nunca sientan bien a los profesionales.

Tampoco pudo aprovechar el Cádiz B el tropiezo del San Roque de Lepe en Gerena para acercarse más al liderato. Al fin y al cabo, nada que acabe con la ilusión de un equipo dispuesto a dar guerra este años.

Y es que, la de ayer fue una derrota condicionada por las ausencias. Bien es cierto que Pepe Bermúdez siempre suele rotar y dar minutos a todos sus pupilos, pero también lo es que ayer se presentaba en tierras cabecenses sin Gabi (convocado otra vez por el primer equipo), y los lesionados Jaime Contreras y Rafi Cruz. A ellos se unieron José Antonio, Michelle, Emerson y Rubén Cervera por diversos motivos. Más contratiempos.

Goles psicológicos

Con ese panorama, el Cabecense, que sólo había perdido en su feudo ante el Xerez CD y que venía de ganar a Arcos y Conil, salió a por todas. Y pronto llegó su recompensa al adelantar Álvaro a los rojinegros antes de los primeros diez minutos.

Si ese gol fue psicológico, no lo fue menos el de Jesús Mari, de libre directo, justo antes del intermedio. Segundo jarro de agua fría para un Cádiz B que dijo adiós a sus opciones en el segundo tiempo. Fue entonces cuando Jesús Mari completó su doblete (71') y puso una ventaja prácticamente insalvable en el marcador.

Y eso que, de inmediato, Riki dio algo de vida a los amarillos (73'). Pero la esperanza se desvaneció cuando Rubén Díaz introdujo el esférico en su portería al intentar despejar un centro (82'). Ahora toca pensar en el Ceuta.