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«Hasta que no cambiemos las ideas sexistas, la violencia continuará»

Especialistas de los servicios de atención a la Mujer destacan que muchos casos que violencia machistas no se destapan porque no hay agresión

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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La violencia de género no debe ser cuestión de días mundiales ni una reflexión sobre el problema cuando ocurre un nuevo asesinato. Las psicólogas Lola Barrios y Pilar Rivas, del Centro de Información a la Mujer y del equipo de Tratamiento Familiar, respectivamente, llevan a cabo una labor diaria de concienciación y diálogo con las usuarias desde ambos servicios municipales de El Puerto.

Ambas profesionales destapan a menudo casos de decenas de mujeres que no son conscientes de ser maltratadas porque no han sido agredidas físicamente. Rivas señala que «pueden llegar a estar así años, te lo justifican diciendo que no les pegan, pero mentalmente están destrozadas». Muchas son las causas que impiden a una víctima dar el paso para denunciar, tanto la dependencia emocional como económica son los principales inconvenientes que tienen a la hora de comenzar una nueva vida. «Muchas tienen miedo a la soledad, ya que tienen que reestructurar sus vidas y han llegado a perder hasta la relación con su entorno más próximo», detalla.

Para poder solucionar este drama, primero se debe conocer la causa. «La violencia de género es un conflicto de ideas, mientras que no se cambien los pensamientos sexistas que tenemos, la violencia continuará», señala Lola Barrios. Insiste en que «seguimos transmitiendo la imagen de que el hombre es más masculino si tiene más poder, mientras que las mujeres son más femeninas si son más sumisas».

Salidas

«La solución no es fácil -recalcan- es complejo reeducar a la sociedad, tenemos que concienciar a los hombres de que es mejor educar en igualdad, hacerles ver que no es una guerra contra ellos». Las dos coinciden en que es la mujer quien tiene la llave para solucionar el problema y deja claro que «con la denuncia no está todo resuelto, hay que poner más medios». El proceso tampoco es sencillo. Explican que hay que pasar por un recurso especializado donde se valora la situación de riesgo en la que se encuentra la mujer y a partir de ahí se pone en marcha todo un sistema de protección.

Pero no todas completan el procedimiento y hay quien se termina echando atrás. El inconveniente se presenta en el momento que no existe denuncia, «el gran problema es que muchas maltratadas no quieren denunciar, pretenden que se los quiten de en medio, y comienzan un proceso civil de separación. Éste es el punto de inflexión en que el hombre se da cuenta que pierde poder y es cuando el nivel de maltrato llega a su máxima espiral y se producen las muertes», aclara Barrios.