EL PUERTO

Sobre manifestaciones y protestas

PORTAVOZ DEL EQUIPO DE GOBIERNO Actualizado: Guardar
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Uno puede entender que se organicen protestas y manifestaciones cuando, por ejemplo, se pretende promulgar alguna ley que no es del agrado de un colectivo o la consideran mejorable y entienden que no han sido escuchados. Uno puede entender, incluso, que se organicen protestas y manifestaciones cuando se va a iniciar una negociación de convenio colectivo para que la parte empresarial conozca la fuerza de la parte trabajadora en sus reivindicaciones.

Pero organizar protestas y manifestaciones sin un solo pie de verdad ni de realidad, y sin dar la cara como lo que realmente son, partidos políticos calentando la calle, no solo es inaudito, es incoherente, injusto, ilógico, desatinado y hasta inadmisible.

Porque, vamos a ver algunas de las razones esgrimidas en la manifestación contra PP y PA: la ausencia de plan social para Santa Clara y Barrio Alto, cuando hace apenas nos días los vecinos manifestaban públicamente que era la Junta de Andalucía (PSOE-IU) la que no estaba cumpliendo su parte y sólo el Ayuntamiento había puesto de la suya. Pero la dimisión que piden es la del alcalde, ¿acaso porque, curiosamente, hay algún candidato de IU en la representación de los vecinos? O la existencia de 12.876 personas en paro, cuando PSOE-IU saben que es una competencia 100% autonómica, que llevan años sin conceder políticas activas de empleo a la ciudad y que el Ayuntamiento es el que ha facilitado la implantación de empresas que contribuyen a solucionar este problema.

En cuanto a la supuesta subida de impuestos y tasas, resulta que el equipo de Gobierno no ha subido ningún impuesto (estando la inmensa mayoría de ellos bonificados) y sólo se han podido encontrar con la subida de la tasa del Mercado de Abastos, sabiendo ellos que como tasa debe cubrir el coste del servicio que se presta, y que no existe razón alguna para que los puesteros tengan más derechos ni privilegios. U otro de los argumentos, última falacia que comento ya, la de que se dificulta la participación ciudadana en todos los organismos municipales, y la manifestación se producía al día siguiente de celebrarse el Consejo General de Participación Ciudadana.

Claro que si las injustificadas causas de manifestación y protesta son dignas de análisis, más lo son los grupos convocantes. No sólo porque algunos de ellos ya hayan manifestado al Ayuntamiento que no eran convocantes ni habían firmado manifiesto alguno, lo cual es francamente dicente… sino porque a nadie se le escapa el sesgo político de algunas de estas agrupaciones ciudadanas, que despachan casi a diario en las sedes de los grupos políticos que los alimentan ideológicamente y a los que sirven de palmeros en los Plenos «por pura casualidad».

Y entre todos estos indignados suman, no sin cierta generosidad de miras, un millar de personas en una ciudad de 90.000 habitantes. Que, sin despreciar ni menospreciar a ninguno de los participantes, no es razón para dar pábulo a sus sinrazones.