El Consejo de Repsol aprueba por unanimidad el preacuerdo de indemnización por YPF
Resuelve contratar un banco de inversión para «facilitar» la negociación con Argentina y, con la excepción de Pemex, respalda a Brufau
MADRID. Actualizado: GuardarEl Consejo de Administración de Repsol ha aprobado por unanimidad el preacuerdo de indemnización alcanzado el lunes con el Gobierno argentino por la expropiación de YPF en abril del pasado año. Una compensación establecida en 5.000 millones de dólares -3.700 millones de euros- a cobrar en bonos del Estado argentino. El Consejo también manifestó su «apoyo» a la gestión del equipo de dirección, aunque con la nota discordante de Pemex, que votó en contra.
Fueron más de cuatro horas de reunión casi monográfica, aunque también se acordó el pago de una retribución, mediante la fórmula del dividendo flexible, a los accionistas (0,50 euros brutos por acción). De los 16 miembros del Consejo tan sólo se ausentó el vicepresidente, Isidro Fainé, que debía asistir en Hong Kong al consejo de administración del banco BEA (Bank of East Asia). Fainé -representante del principal accionista del grupo, Caixabank- había delegado su voto en el presidente, Antonio Brufau.
Al término de la reunión, la compañía remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un hecho relevante en el que daba cuenta de los acuerdos adoptados. El Consejo coincidió en «valorar positivamente» el preacuerdo de compensación por la expropiación del 51% de la participación accionarial de Repsol en YPF. Con el objeto de «desarrollar» este principio de acuerdo, la multinacional española ha decidido iniciar «en breve plazo» conversaciones entre sus equipos y los del Gobierno argentino «a fin de buscar una solución justa, eficaz y pronta a la controversia».
Según explica la compañía en su comunicado, el proceso «deberá atender a las exigencias que plantea la complejidad» propia de un asunto «tan relevante», así como «responder a los términos y garantías apropiados para asegurar su eficacia». Porque las líneas básicas sobre las que se estableció el preacuerdo -dibujadas por Antonio Brufau, aunque defendidas en Argentina por tres miembros de su equipo directivo- dejan muchos flecos en el aire. El hecho de que la compensación se haga efectiva en forma de deuda pública obliga a ambas partes -pero fundamentalmente a Repsol- a atar muy bien todos los términos del pacto.
La mayoría de analistas coincide en señalar que el preacuerdo alcanzado el lunes es algo así como el mejor de los males a los que podía optar la compañía española. Mejor un mal acuerdo que un buen pleito, podría resumirse. La vía judicial -a través del tribunal de arbitraje CiadiI y en los diferentes pleitos abiertos en varios países- hubiese abocado a Repsol a un destino incierto, y en todo caso a soportar la presión de buena parte de su accionariado para que llegase a un acuerdo más pronto que tarde.
El problema es el medio de compensación, «y en el riesgo país que representa Argentina, uno de los países con un mayor historial de impagos», alerta Ramón Alfonso, profesor de Finanzas Internacionales de EADA Business School. La deuda pública argentina está considerada ahora mismo como 'Bono basura' por las principales agencias de calificación. Esto significa que, si Repsol decidiera obtener liquidez antes del vencimiento de los títulos -la compañía no ha hecho público ese plazo- y venderlos en el mercado secundario, «se arriesga a sufrir un fuerte descuento respecto al valor emitido», según Victoria Torre, responsable de análisis de Self Bank. Por eso, el Consejo acordó «la contratación de un banco de inversión de prestigio internacional para apoyar al equipo de Repsol y facilitar una conducción profesional del proceso».
Donde no hubo unanimidad fue a la hora de escenificar el «pleno apoyo» del Consejo a «la gestión que viene desarrollando el equipo de dirección, conforme a las mejores prácticas de gobierno corporativo». El único representante de Pemex votó en contra de esta resolución, reafirmando así la animadversión del grupo petrolero mexicano hacia la figura de Antonio Brufau, que sale un tanto debilitada del contencioso con Argentina. Hace escasas fechas, el primer ejecutivo de Pemex, Emilio Lozoya, lanzó duros ataques contra Brufau en el Parlamento mexicano.