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Ramón Barea, teatro puro
El actor, director y dramaturgo bilbaíno obtiene el Premio Nacional de Teatro
MADRID. Actualizado: GuardarUn hombre de teatro «integral». Así se refería a Ramón Barea (Bilbao, 1949) el acta que lo declara ganador del Premio Nacional de Teatro 2013, galardón que concede el ministerio de Cultura y que está dotado con 30.000 euros. El actor, director, productor y autor vizcaíno se lo adjudicó por mayoría y en reconocimiento a «su amplia trayectoria como hombre de teatro integral en la que ha desarrollado todas las facetas». Una labor que ha compaginado con su presencia en un centenar de películas y series.
Antes que pensar en un premio, Barea supuso que el teléfono sonaba ayer para reclamar un impago. El galardón fue así «una sorpresa enorme y una gran alegría», la guinda en una larga carrera marcada por su entrega pero con pocas distinciones: el premio Ercilla al mejor director teatral y el de la Unión de Actores del País Vasco. Dedica Barea este premio «a todos los que aman la profesión tanto como yo amo este oficio que defiendo a muerte para seguir en la brecha y haciendo lo que más me gusta, ser actor y convertirme en otro». Los 30.000 euros de bolsa serán «para tapar agujeros», ya que los malos tiempos son muy crudos para los pasajeros del carro de la farsa.
Como destacaba el fallo, este polifacético hombre orquesta de la escena domina un amplio registro dramático que le ha permitido abordar de piezas clásicas a comedias de situación, películas cómicas y firmar una treintena de dramas. Él se define como «una hormiguita» que desde la adolescencia no ha hecho otra cosa que «trabajar y hacer kilómetros en furgonetas destartaladas, con entrega y sin excesiva visibilidad». «Es como si hubiera sido transparente todos años», ironiza este actor de enorme oficio, capaz de pasar sin problemas de un papel protagonista a uno secundario o de ponerse a escribir». Recibe la distinción como «una inyección de autoestima profesional y personal» y se alegra especialmente de que «un premio como este recaiga en un corredor de fondo que, como yo, no ha parado nunca, cuando por lo general suelen otorgarse a caballos ganadores».
Ha combinado en su larga andadura en las tablas «proyectos arriesgados -como la sala bilbaína 'Pabellón 6', con clara implicación en su entorno-, con otros de amplia difusión nacional, como sus últimos trabajos en la Compañía Nacional de Teatro Clásico». Producciones como 'En la vida todo es verdad o todo es mentira', o 'Las comedias bárbaras' de Valle-Inclán que estrena el CDN el próximo día 3, y cuyo papel de Montenegro ensayaba cuando llegó la buena nueva.
Tímido y de formación autodidacta, lamenta Barea que su Bilbao natal no le ofreciera demasiadas oportunidades para formarse y disfrutar solo del teatro cuando las compañías recalaban en la capital vizcaína durante las fiestas.
Fundador y actor en los setenta en grupos profesionales e independiente del País Vasco como 'Cómicos de la Legua' y 'Karraka', pasó a escribir sus propios dramas -ha firmado una treintena- y a ejercer la dirección en montajes como el musical 'Bilbao Bilbao'; 'Oficio de Tinieblas 5', sobre textos de Cela; 'Okupado'; 'Euskadifrenia'; 'Ubú Emperatriz' y 'Hoy última función'.
Como director ha afrontado 'El hombre que confundió a su mujer con un sombrero', basado en el ensayo del neurólogo Oliver Sacks, y 'El hombre de los dados', de Luke Rinhard; 'El buscón', 'Emma', 'Ecografías' y 'Esencia patria'. Entre sus desafíos más recientes, 'La monja alférez', de Domingo Miras; el monólogo 'Los perjuicios del tabaco', de Chéjov; 'Luces de Bohemia'; 'La tempestad'; 'Coriolano', con dirección de Helena Pimenta; 'Morir cuerdo y vivir loco', escrito y dirigido por Fernando Fernán Gómez; 'El chico de la última fila' y 'Cartas de amor a Stalin', ambas de Juan Mayorga, o 'Beaumarchais', de Sacha Gitry, con dirección de Josep María Flotats, Entre sus películas 'El cura Santacruz', 'En la puta calle', 'Matías juez de línea' o 'Atilano Presidente', además de las óperas primas de Imanol Uribe, Enrique Urbizu, Julio Medem, Juanma Bajo, Ulloa, Pablo Berger, Ana Díez y Álex de la Iglesia.