Un puente más cercano

La visita de la ministra de Fomento, el pasado lunes, tuvo un desenlace sorprendente. Al margen del motivo de su presencia en Cádiz, la presentación de la plataforma logística que la Bahía lidera, sorprendió con unas declaraciones llamativas, contundentes, sobre la obra del segundo puente. Aseguró que pedirá explicaciones y será exigente con la empresa constructora si vuelven a producirse retrasos que se acumulen a los años de espera ya transcurridos. Su reacción sorprendente cobró sentido una jornada después. Ayer, cuando Ana Pastor ya llevaba muchas horas en Madrid, trascendió que la pasada semana había sido destituido Julio Domingo de la Blanca, el director de la gran obra del viaducto, la infraestructura más voluminosa y costosa que se construye en España, el puente que tendrá el punto de altura más alto de toda Europa. El motivo de ese cese está en el ritmo inadecuado de los trabajos y revela una actitud inconfundible. El Gobierno actual, el Ministerio de Fomento que dirige Pastor no, no está dispuesto a consentir nuevas dilaciones que incrementen los gastos y agoten la paciencia de los gaditanos. Quedan lejos los tiempos en los que José Blanco permitió u ordenó, por dos veces, que la obra se paralizase por completo. El nuevo Ejecutivo demuestra su compromiso con el proyecto con una decisión traumática, que provocará que la obra tenga un tercer director en siete años de construcción. Aunque pueda entenderse como una disfunción, como un obstáculo, como una nueva dificultad, este relevo no es más que un símbolo. Las instituciones públicas están decididas a que la mayor obra de la historia de la Bahía esté lista en 2015 y no piensan permitir interferencias ni excusas.