Rubalcaba se engancha al tren del «poderío» de Susana Díaz
El líder de la oposición ignora los mensajes sobre la renovación generacional y fía a Andalucía la recuperación del PSOE
Actualizado: GuardarNo habló ni una sola vez de su juventud ni tampoco de lo que el nombramiento de Susana Díaz simboliza para el PSOE en términos de recambio generacional. Esas cosas, que el día anterior estuvieron presentes en los discursos de José Antonio Griñán y José Luis Rodríguez Zapatero, brillaron por su ausencia en la boca de Alfredo Pérez Rubalcaba durante el cierre del congreso extraodinario que los socialistas andaluces celebraron este fin de semana en Granada. El líder de la oposición se enganchó a otro tren, el del «poderío», en su propia expresión, de la presidenta de la Junta de Andalucía y el de su capacidad contribuir de manera determinante, que no única, a que el partido salga de nuevo al encuentro de la mayoría social.
«Hemos hecho dos semanas muy buenas -dijo en una de las pocas referencias que tuvo su intervención a algo que no fuera los recortes del Gobierno-; el PSOE ha vuelto porque tiene un nuevo proyecto político, que aprobó hace quince días en la Conferencia (Política), hemos reafirmado el proyecto común con el PSC la semana pasada y hoy, de aquí, de Andalucía, sale un PSOE más fuerte y más unido». Es decir, labor de conjunto bajo su batuta. Una suerte de reivindicación personal en un cónclave que ha servido para terminar de encumbrar a la nueva líder de los socialistas andaluces como la mujer fuerte del partido.
Rubalcaba sigue sin dar la más mínima pista de cuáles son sus intenciones de cara a las primarias que el partido tiene previsto celebrar, presumiblemente aunque aún esté por decidir, en otoño de 2014. Dijo hace unos días a los suyos que ahora toca dar a conocer a la sociedad el proyecto en el que han estado trabajando el último año y medio y no hay presión interna, por visible que sea, que le desvíe de su plan. «En dos años -vaticinó en un tono cercano al del mitin electoral- recuperaremos todos los derechos sociales, laborales, de manifestación y de huelga recortados por el Gobierno».
Sí tiene claro, aún así, el hoy secretario general del PSOE que para conseguirlo es crucial la aportación de los socialistas andaluces, los únicos que desde las instituciones pueden hacer «creíble» un discurso que en sus propios labios suena retórico. Pero con Díaz y también antes. Enumeró de hecho a todos los presidentes socialistas que ha tenido la comunidad autónoma más poblada de España y puso a Griñán como ejemplo de gobernante que planteó una alternativa efectiva a la derecha con su negativa a aplicar determinadas medidas del Gobierno y políticas como las subastas de medicamentos o la ley antidesahucios. «Vuestra fuerza es nuestra fuerza -admitió- y por eso digo que salimos de aquí más fuertes».
Emotividad
A pesar de que estaba previsto que corriera a su cargo la clausura del evento, Rubalcaba se conformó con ejercer de telonero de la reina del fin de semana, en un gesto que muchos de los presentes calificaron de inteligente. Díaz está en la cresta de la ola y para ella iba a ser, sí o sí, el climax de emotividad de la jornada. Por ella, y por su empuje, se han desplazado hasta Granada a lo largo de todo el fin de semana los distintos secretarios generales del partido. Este domingo, el más destacado fue el líder del PSC, Pere Navarro, al que Díaz volvió a tender la mano.
La baronesa del PSOE, que tuvo el gesto de hacer subir a Rubalcaba al escenario para cantar codo con codo, junto al resto de la ejecutiva, el himno de Andalucía con el que se puso broche al acto, realizó, no en vano, todo un llamamiento a la unidad del partido. Y habló de algo que al secretario general se le pasó por alto: las elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar en mayo próximo. Con su lenguaje llano, llamó a convencer a aquellos que «quieren mirar a Bruselas sin tener que mirar a Berlín», pero sobre todo advirtió de que esos comicios pueden suponer un punto de inflexión para las perspectivas electorales socialistas. «Que empiece ahí la ola del cambio», reclamó.
Y como Griñán y Zapatero el sábado, ella sí hizo referencia al relevo generacional. «Las grandes transformaciones -dijo- las han hecho los jóvenes. Fueron los que hace treinta años consiguieron los logros que hoy la mayoría de los ciudadanos están defendiendo; exigiré a esta ejecutiva que esté a la altura de la herencia que ha recibido».