Panrico entra en una complicada encrucijada
Su fábrica principal rechaza el preacuerdo de despidos suscrito por el resto de plantas y aboca a la compañía al temido concurso de acreedores
MADRID. Actualizado: GuardarEl futuro de Panrico ha pasado de gris a negro en los últimos días, tras dos meses de idas y venidas entre empresa y sindicatos con una huelga desconvocada a última hora. Mientras, el paro indefinido de sus 1.800 repartidores autónomos -en protesta por el impago de las facturas de octubre- ha dejado sin distribución a sus productos, como los Donuts, desde el jueves.
El último capítulo se vivió ayer en todas sus plantas: Puente Genil (Córdoba), Valladolid, Paracuellos del Jarama (Madrid), Zaragoza y Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona). Algo más de 1.800 empleados estaban llamados a votar el preacuerdo alcanzado con UGT y CC OO. La mayoría de centros terminaron respaldándolo o absteniéndose, pero fue su principal fábrica, la de Cataluña, la que inclinó la balanza hacia el 'no'.
Ya lo avisó a principios de semana en una primera consulta. Apenas una minoría de ellos respaldaba un documento que prevé el despido del 40% de la plantilla (745 personas hasta 2016 con una indemnización de 25 días por año trabajado y un tope de 14 mensualidades) y una rebaja salarial del 18%. Y este sábado se repitió la misma situación.
La clara divergencia entre esta planta y el resto puede explicarse porque en el centro barcelonés llevan en huelga varias semanas y parte de su producción se ha ido trasladando al resto. Llegados a este punto, los sindicatos intentarán retomar la negociación con la empresa.
Pero la dirección de Panrico tiene claro que el tiempo casi se ha agotado. Con unas pérdidas que crecen en 150.000 euros al día y una deuda superior a los 700 millones, la falta de liquidez impide pagar a los repartidores y echa por tierra buena parte de su producción, en su mayoría perecedera. El concurso de acreedores se antoja cada vez más cercano.