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Irán y Occidente ultiman un acuerdo de mínimos para proseguir la negociación nuclear

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Como ocurrió hace diez días, Irán y el 5+1, grupo formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China) junto a Alemania, apuraron hasta el último minuto del día las negociaciones y, ante la falta de consenso, todo indica que se concederán una jornada más de lo previsto para seguir hablando. Las «importantes diferencias», repite desde el miércoles Abás Araqchi, número dos de Exteriores de Irán, fueron limándose con el paso de las reuniones hasta que el jefe de la diplomacia de la república islámica, Javad Zarif, confesó que «la última noche estábamos muy lejos de la venida de los ministros. Hoy estamos un poco más cerca».

Uno de ellos, el ruso Sergei Lavrov, llegó a Ginebra a última hora de la tarde y el siguiente en seguir sus pasos podría ser el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, una historia similar a la ocurrida en la anterior cumbre que fracasó a última hora pese a la participación de los ministros de Exteriores de todos los países presentes.

En lugar de tener como objetivo un acuerdo definitivo y a largo plazo, esta vez las negociaciones se basan en la obtención de un acuerdo de mínimos de seis meses de duración y renovable, que permita ir ganando confianza a las dos partes. A grandes rasgos, la base del pacto consistiría en que Irán suspende el enriquecimiento de uranio a un 20%, cifra próxima al 90% necesario para fabricar armamento, a cambio de suavizar las sanciones internacionales.

La cuestión que seguiría pendiente, según fuentes diplomáticas iraníes citadas por Efe, es la de la planta de agua pesada de Arak, que tiene previsto entrar en funcionamiento el próximo año y que generará plutonio, elemento que puede ser usado de forma alternativa al uranio enriquecido para fabricar armamento.

Arak fue el motivo por el que Francia se negó frontalmente a cerrar el acuerdo en la anterior cumbre si Irán no se comprometía a detener su construcción, algo que los iraníes rechazan porque insisten en el carácter civil de su programa atómico.

Los medios iraníes critican desde entonces la postura francesa y el parlamentario Naqavi Hosseini, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional, acusó a París de «alinearse con las tesis sionistas», en referencia la presión de las autoridades de Israel para quienes cualquier acuerdo con Irán que no suponga la suspensión total del enriquecimiento de uranio será un «error histórico».