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La momia danzarina
Descubren que el tráfico y el paso de los peatones son la causa del extraño baile de una figura funeraria egipcia en el Museo de Mánchester
Actualizado: GuardarEl antiguo Egipto siempre ha estado envuelto en un halo de misterio. Entrar en una tumba, en una pirámide o en un templo evoca ritos, supersticiones o fantasías que llegan a sobrecoger el espíritu al visitante ante tanta perfección, tamaño y estado de conservación después de más de 4.000 años. Algo así sentían, involuntariamente, los vecinos del Museo de Mánchester, pero ya pueden dormir tranquilos. Ni el faraón, ni Osiris -el dios de los muertos-, ni ningún espíritu errante vaga por el barrio. La alarma la creó una pequeña estatuilla de 3.800 años de antigüedad.
La reliquia de Neb Senu, una figurita de unos 24 centímetros de alto dedicada precisamente al dios Osiris por un funcionario que deseaba que le echase una mano en el tránsito a la otra vida, se movía girando sobre sí misma. Lo hacía en el sentido contrario de las agujas del reloj, dentro de la vitrina del museo donde se exhibe desde hace un año junto a otras dos estatuillas. El asunto llamó la atención de médium, egiptólogos y representantes del mundo de la parapsicología. No encontraban la solución al enigma del viejo Egipto.
El caso de la figurita esculpida en una piedra verde llegó hasta los responsables del programa 'Misteri Map' de la cadena británica de televisión ITV. Lo primero que averiguaron los investigadores del programa fue que la estatua llevaba en ese emplazamiento solo un año y antes no había dado muestras de su danza giratoria. Lo segundo fue instalar una cámara que grabase ese movimiento. La sorpresa fue mayúscula al comprobar que Neb Senu sólo giraba por el día, mientras que por la noche parecía que descansaba con la oscuridad.
El asunto fue puesto en manos del experto en acústica Steve Gosling, que llenó de sensores la vitrina. De esta manera comprobó que la figurita funeraria se mueve al ritmo de la calle. Las vibraciones producidas en el suelo por el paso de los peatones, coches y autobuses se transmitía a las paredes y suelos del museo. La vitrina donde se expone la estatuilla actúa de amplificador de esas vibraciones. Entonces la pregunta fue: ¿por qué Neb Senu se mueve mientras que las otras figuras expuestas en la misma balda parecen ajenas al tránsito de peatones y vehículos?
Una vez más la respuesta fue más que sencilla. Solo con levantar la escultura se obtuvo la respuesta. Y no fue su peso lo que influye en ese movimiento, dado que la piedra con la que está hecha es tan dura como el mármol, sino por la forma cóncava del interior del peana. De esta manera, mientras las otras piezas apoyan todo su peso en la totalidad de la base, la escultura danzarina solo lo hace en los bordes de la peana.
El Museo de Mánchester tiene ahora un pequeño problema. El enigma de la estatuilla que gira atrae a cientos de personas que acuden a diario para comprobar en qué posición está. La dirección tendrá que decidir si la deja seguir bailando, con una barandilla de seguridad, o la fija la balda de la vitrina.