Los padres de Asunta Barrena Porto son acompañados por la Policía durante un registro de su vivienda en septiembre pasado. :: XOAN REY / EFE
Sedante Pruebas Las razones

Un crimen en pareja

El juez cree que Rosario Porto y Alfonso Basterra se repartieron el asesinato de su hija de 12 años sin que participara una tercera persona El padre sedó presuntamente a Asunta, y la madre la asfixió y trasladó el cadáver

SANTIAGO. Actualizado: Guardar
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Los padres de Asunta Basterra, la niña de 12 años asesinada en Santiago de Compostela el pasado 21 de septiembre, mataron a su hija a medias. Aunque son expareja actuaron como una pareja. Así se desprende de la instrucción del caso una vez que el juez José Antonio Vázquez Taín levantó el secreto de sumario. El instructor acusa a los padres de la niña de «concordar entre los dos» el asesinato de la pequeña. La investigación, sin embargo, no ha determinado el móvil, el por qué del filicidio.

Después de los extensos interrogatorios y decenas de pruebas periciales recogidas en cinco tomos, la instrucción de Vázquez Taín concluye que ambos progenitores participaron en los hechos, aunque en distinta medida. Alfonso Basterra se habría encargado de sedar a su hija, mientras que su exmujer, Rosario Porto, sería la responsable material tanto del asesinato por asfixia de la pequeña como del posterior traslado del cadáver hasta la pista forestal en la que fue hallado el cuerpo sin vida horas después.

La investigación apunta a que Basterra no sólo conocía las intenciones de su excompañera sentimental, sino que dio su consentimiento e incluso apunta la posibilidad de que fuera el autor intelectual del crimen. De hecho, fue el comprador de los medicamentos para dormir a Asunta. En el auto remitido a las partes, se sostiene que el padre suministró el 21 de septiembre a la pequeña una dosis «tóxica» del ansiolítico Orfidal para «privarla de toda voluntad de defensa y facilitar la acción de asfixia». La ingesta fue 17 veces superior a la recomendada y Asunto la tomó en una comida organizada aquel sábado en el domicilio de su padre.

No fue, según la investigación, una acción aislada porque «en episodios anteriores» ya había drogado a su hija. El juez, en base a los resultados de la autopsia y de las pruebas toxicológicas realizadas al cabello de la menor, considera que Basterra drogó a su hija durante los tres meses anteriores al crimen.

Las razones de por qué hacía esto siguen sin desentrañar. La investigación sobre su relación con el crimen sigue abierta ya que, además de que Basterra carece de coartada, el hecho de que su teléfono móvil permaneciese apagado durante toda la tarde del día de autos no ha permitido a los investigadores demostrar dónde se encontraba en el momento de la muerte de su hija.

Confusas explicaciones

La investigación, en cambio, arrojó más luz sobre la madre. El magistrado atribuye a Rosario Porto la responsabilidad material del asesinato y el traslado del cadáver de la menor. Según se desprende del sumario, se habría encargado de llevar a Asunta hasta la vivienda familiar de Teo, una localidad situada a escasos kilómetros de Santiago. Allí, se cree que terminó de asfixiarla sobre las siete de la tarde con un objeto que los investigadores todavía no han podido determinar. Pudo ser «un pañuelo, una mano o la almohada», según se apunta en el sumario de Vázquez Taín.

Las pruebas contra Porto, abogada de profesión, son más contundentes que contra su exmarido ya que la triangulación de su teléfono móvil la sitúa en el lugar del crimen a la hora exacta a la que se estima que falleció la niña. Además, hasta dos cámaras de seguridad del centro de Santiago la grabaron mientras se dirigía a Teo con la niña en el asiento trasero de su coche. Hace semanas, asimismo, los investigadores confirmaron que la cuerda naranja hallada en su casa era la misma que la empleada para atar el cadáver de Asunta.

Vázquez Taín también considera que «las confusas explicaciones» que dio la madre de la niña a la Policía sobre un presunto incidente en que «un desconocido» trató de matar a su hija. Porto acudió a una comisaría de Santiago a denunciar la desaparición de asunta en torno a las 22.30 horas del 21 de septiembre e hizo un extraño relato sobre las circunstancias que rodearon a la supuesta desaparición.

El juez descarta en el sumario la participación de una tercera persona en el traslado del cuerpo, una hipótesis que hasta ahora era una de las principales sospechas de los investigadores. Este descarte sitúa a Rosario Porto y Alfonso Basterra como únicos implicados en el crimen de su hija.

Ambos progenitores permanecen en la coruñesa prisión de Teixeiro desde el 27 de septiembre acusados de un delito de asesinato con los agravantes de alevosía y parentesco.