Obama da marcha atrás para intentar salvar su reforma sanitaria
NUEVA YORK. Actualizado: Guardar«No soy un presidente perfecto, pero me levanto todos los días a trabajar todo lo duro que puedo por los estadounidenses». La actitud contrita de Barack Obama responde a la debacle de su reforma sanitaria, de la que por ahora se han beneficiado apenas 106.000 personas, mientras que entre 7 y 8 millones han recibido un aviso de que sus compañías de seguros médicos les cancelarán las pólizas que tenían, consideradas basura. A estos Obama acaba de darles un año de gracia.
«Entiendo lo indignante que puede ser para muchos estadounidenses, sobre todo después de escucharme decirles una y otra vez que podrían mantener los seguros que tenían si les gustaban». Lo que Obama no calculó es que muchas de esa pólizas no cumplían los requisitos mínimos que impone la ley, por lo que las compañías las han cancelado. Las nuevas son más caras, precisamente por incorporar más beneficios. Y los subsidios federales no cubren a todos los afectados, especialmente a los de clase media.
«Como sociedad, un día tomamos la decisión de que cada coche tenía que tener cinturón y airbag. Eso tuvo un coste inicial, que compensaba porque salvaba vidas. Pero si por ahora la gente quiere quedarse con el coche viejo, aunque el nuevo sea mejor, deben poder hacerlo, y así deberíamos haber escrito la ley desde el principio», se autoflageló.
La concesión tenía como objetivo abortar la revuelta con la que amenazan los demócratas, dispuestos a votar hoy por una medida que permitiría mantener esas pólizas indefinidamente. Algo que podría hundir toda la reforma.