Sociedad

Cuando Dalí, Miró y Picasso se inspiraban en las geishas

La exposición 'Japonismo' reúne 180 obras que reflejan el calado de la cultura nipona en Europa y España a finales del XIX

MADRID. Actualizado: Guardar
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La serie de animación 'Mazinger Z' significó en los años 70 la explosión del manga y el 'anime' en España. Tras los dibujos llegaron las artes marciales, la gastronomía, la cultura pop...Pero el origen de esta pasión por lo nipón se remonta a finales del siglo XIX, cuando el 'japonismo' sedujo a los creadores europeos. Japón reabrió sus puertos en 1868 con la restauración imperial Meiji. En dos siglos de aislamiento y hermetismo, el país conservó y enriqueció su cultura tradicional.

El fenómeno sedujo a los comerciantes extranjeros, que de regreso a sus países transmitían la riqueza de la cultura y el arte nipones. Los propios japoneses llegarían a citas como la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Fue el primer certamen internacional celebrado en España con presencia nipona y desencadenó una fiebre por lo japonés, desde su mobiliario a su pintura, que caló en la aristocracia y bohemia catalanas.

La muestra 'Japonismo. La fascinación por el arte japonés', reúne ahora en Caixafurum Madrid -hasta el 16 de febrero-, 180 piezas que recrean aquella pasión y la relación artística entre España y Japón. Exhibe libros que narran la llegada a Japón del jesuita español Francisco Javier en 1549, o un espectacular biombo al estilo 'namban' que retrata el desembarco de cristianos portugueses en el archipiélago. Documenta la llegada de la 'embajada Keicho' a España hace 400 años y con piezas como la carta del señor feudal Date Masamune, impulsor de la hazaña, en 1613 dirigida a la ciudad de Sevilla, o el casco samurái que el líder de la expedición, Hasekura Tsunenaga, le regaló al rey Felipe III.

El 'japonismo' sedujo a artistas españoles como Fortuny, Picasso, Rusiñol, Miró o Nonell. Picasso retrató a una famosa actriz nipona de la época, Sadayakko. Miró pintó unas estampas japonesas y Salvador Dalí retrató en un biombo unas geishas modernistas expuetas ahora frente a las pinturas del magistral pintor japonés Hakusei.