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Jereces con su poquito de innovación
Los vinos del marco son la esencia del nuevo proyecto del restaurante 470
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLas cosas claras desde el principio. La carta de vinos del restaurante 470 de El Puerto, un local con unas impresionantes vistas de la Bahía y de la playa portuense de La Muralla, se abre con una página dedicada por completo a los jereces. Hay una amplia lista de finos y manzanillas, olorosos, amontillados y no faltan varios palos cortados, uno de los más seguidos por los aficionados pero también más difíciles de encontrar en la hostelería. Se sirven por copas y el cliente puede elegir hasta si quiere que se lo pongan en catavino o en copas más grandes, un formado que defienden ahora con fuerza los más innovadores del Jerez.
No es casualidad. En la casa se apuesta por los vinos de la zona y tratan de demostrar su magnífico entendimiento con la nueva cocina. Así lo explica Carlos Saura Sánchez, portuense, 35 años y uno de los propietarios de local.
Considera que los jereces son uno de los grandes vinos del mundo y estima que no están reñidos para nada con un concepto moderno de cocina. 470 es una apuesta por lo elegante, pero sin que esto vaya reñido con unos precios competitivos (se puede comer perfectamente por menos de 20 euros) y con un cierto aire informal. La mayoría de las propuestas gastronómicas están pensadas para compartir, muy lejos de la antigua estructura de dos platos y postre. El sitio impresiona. La terraza está pegada al mar, del que sólo la separan unas rocas. El nuevo puente de la Bahía se ve aún más gigantesco desde aquí. Por el medio de la Bahía se mueven pequeños yates, del vecino Puerto Sherry y también los catamaranes que unen El Puerto con Cádiz y Rota. Las vistas son también magníficas desde la terraza interior, completamente acristalada e incluso desde la barra, desde donde también se ve el mar.
En total tienen unas 150 plazas. El local, que se inauguró hace un par de años como bar de copas especializado en gin tonics, está decorado por Basilio Iglesias. Los protagonistas de la escena son cuadros de Costus, la mítica pareja de pintores gaditanos que fueron los musos de la movida madrileña. De la pared cuelgan varios originales de su colección náutica. Carlos Saura y Juan Pedro Osborne, el otro propietario, están muy orgullosos de poder mostrar en su establecimiento estas pinturas de un colorido que llama la atención. Ellos solos, con sus vivos colores, transmiten al local alegría. Lo de 470 viene del nombre de un bar de copas que había en El Puerto y donde estuvieron por primera estos cuadros.