Imagen de la comparecencia televisada de los responsables de los servicios secretos Andrew Parker, John Sawers e Iain Lobban. :: REUTERS
MUNDO

«Al-Qaida se relame», alertan los jefes del espionaje británico

Los directores de los tres principales servicios secretos de Reino Unido comparecen juntos en público por primera vez en el Parlamento

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Los jefes de los tres principales servicios de inteligencia comparecieron ayer en el Parlamento británico en una sesión inédita y aparentemente organizada para apuntalar su prestigio tras las revelaciones de los últimos meses sobre la intercepción de comunicaciones de buena parte de la población, de gobiernos y líderes de países aliados, de empresas extranjeras y de organizaciones internacionales.

Sir Iain Lobban, director general del Cuartel General de Comunicaciones (GCHQ), que es el ente encargado de recoger los datos de lo que se conoce genéricamente como escuchas, afirmó que «no es cierto que escuchemos las conversaciones o los correos de la mayoría, porque no sería proporcionado y no sería legal; no lo hacemos».

Lobban describió el trabajo de su agencia mediante la comparación de internet como un gran campo de heno. Su agencia, tras observar todo el campo, se centraría en muy pequeñas parcelas, en las que buscaría «la aguja o el fragmento de aguja», desechando todo lo que es inocente. Luego, él y sir John Sawers, jefe del servicio de inteligencia en el exterior, o MI6, insistieron en que las revelaciones en los archivos robados por Edward Snowden son dañinas.

Vulnerables por Snowden

Sawers, que trabajó en el servicio que ahora dirige antes de tener una larga y brillante carrera como diplomático en el Ministerio de Asuntos Exteriores, afirmó que «nuestros adversarios están frontándose las manos con gusto, Al-Qaeda está relamiéndose». Lobban confirmó que organizaciones o individuos peligrosos han cambiado su manera de comunicarse al conocer, por los diarios, que son vulnerables y por eso la labor de su servicio es más difícil.

Cuando el presidente del Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento, sir Malcolm Rifkind, le preguntó si sería posible conocer los detalles que confirmasen al público las consecuencias perniciosas de la divulgación de los archivos de Snowden, Lobban y Sawers le dijeron que estarán encantados de darle esa información en las reuniones a puerta cerrada que suele tener el comité con estos directivos de la inteligencia británica, pero no podían hacerlo en este foro.

Fue una pieza teatral en su mayor parte tediosa. Rifkind explicó al comenzar que la emisión por el canal parlamentario de la comparecencia de los tres jefes -a los dos mencionados hay que sumar a Andrew Parker, jefe del servicio secreto interior, o MI5- tendría un desfase horario por si se aireaba alguna indiscreción censurable. Y, cuando terminó la reunión tras hora y media, pidió a los asistentes que permanecieran en la sala mientras los 'spymasters' la abandonaban. Se mencionó a James Bond una sola vez.