Alicia Ann Lynch, disfrazada de víctima de los atentados.
Sociedad

Un disfraz de funestas consecuencias

Una joven es despedida en EE UU por vestirse en Halloween como una de las víctimas de los atentados del maratón de Boston

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Cinco mil corredores transitaban aún por las calles de Boston cuando dos explosiones repentinas sembraron el pánico entre la multitud. Las minuciosas medidas de seguridad desplegadas para salvaguardar la carrera urbana más antigua del mundo pasaron por alto dos pequeñas bolsas de nylon negras que contenían la carga letal. El resultado: tres muertos y más de doscientos heridos. Y pese a no haberse cumplido ni un año desde aquel trágico 15 de abril, alguien asumió que Halloween sería el momento idóneo para banalizar el suceso con unas gotas de humor negro.

Alicia Ann Lynch, una joven de 22 años y natural de Michigan, festejó la 'noche de brujas' con un disfraz que muchos calificarían como poco afortunado. No debió ser consciente de ello cuando, ni corta ni perezosa, decidió publicar en una red social la imagen en la que su 'terrorífico' atuendo quedaba inmortalizado. Aparece sonriente, en mitad de la oficina en la que trabajaba hasta ahora, vestida con una camiseta y un dorsal -el 739- de la pasada edición de la maratón de Boston y maquillada con rasguños y heridas.

Sí, mientras otros eligen encarnar a alguna de las figuras clásicas del cine de terror, vestirse de superhéores, de ponerse simplemente colocarse una máscara para celebrar esta fiesta, Alicia optó por representar a una de las víctimas de los hermanos Tsarnaev en el último atentado en suelo estadounidense.

La desafortunada elección le ha costado cara a la osada joven. Horas después de publicar la instantánea en su cuenta de Twitter, fue despedida por sus jefes de forma fulminante. La avalancha de 'tuits' que censuraban tan cuestionable decisión, considerada casi de forma unánime como una falta de sensibilidad y de respeto hacia las familias afectadas, desembocó en la suspensión permanente de su cuenta en la red de 'microblogging' a causa de los numerosos ciberataques recibidos. «Eres un asqueroso ser humano», afirmaba alguno de los indignados usuarios de los 140 caracteres. «Mi madre perdió ambas piernas y yo casi muero en el maratón», le recordó una corredora.

Visto el resultado y al quedarse sin cuenta en Twitter, Alicia decidió abrir otra para escribir tres mensajes. Dos son para pedir perdón por «una broma». Otro para solicitar que cesen los ataques verbales. «Por favor, dejen de amenazar de muerte a mis padres, ellos no hicieron nada malo. Yo fui quien se equivocó y estoy pagando por ser insensible», afirmó la joven, que cerró su cuenta con un «lo siento» para intentar cerrar su ataque de humor.

Aunque no son pocos los que disfrutan de la agudeza incómoda, enemiga de los 'policorrectismos', en ocasiones conviene contenerse antes de tomar un camino que puede acarrear consecuencias. No calibró los efectos que su decisión podría tener entre la sociedad estadounidense, acostumbrada a vivir hechos como el de la última maratón de Boston con una gran intensidad colectiva.