Merkel recurre al confesionario para acelerar la 'gran coalición'
La canciller alemana se reunirá en privado con cada uno de sus jefes negociadores para cerrar cuanto antes el acuerdo de gobierno con el SPD
BERLÍN. Actualizado: GuardarLas negociaciones para la formación de una 'gran coalición' en Alemania entre los conservadores de Angela Merkel y los socialdemócratas no marchan tan bien ni a la velocidad deseada por la canciller federal. Por ese motivo, la exigente líder de la Unión de Cristianodemócratas y Socialcristianos bávaros (CDU/CSU) ha ordenado a los dirigentes de ambas formaciones que lideran las conversaciones con el principal partido de la oposición que vayan pasando por el confesionario.
Así llaman los conservadores en Alemania al procedimiento de rendir cuentas del trabajo realizado en una conversación reservada. Merkel les recibirá uno por uno el jueves en la Konrad Adenauer Haus, la sede de la CDU. El semanario 'Der Spiegel' revela la citación en su última edición y subraya que la canciller teme que sus hermanos bávaros y los socialdemócratas acaben dominando las negociaciones con temas como la creación de un peaje para los vehículos que circulan por las autopistas y carreteras germanas o la introducción del salario mínimo interprofesional para todo el territorio nacional.
El experto presupuestario de los cristianodemócratas Norbert Barthle advierte en la revista de que «nuestra firma debe quedar bien patente» en el futuro acuerdo de coalición y, sobre todo, que se note en el mismo cuál ha sido la formación más votada en las elecciones legislativas del 22 de septiembre. Críticas internas ya hay incluso a acuerdos alcanzados en las negociaciones en curso como la introducción del impuesto a las transacciones financieras que respaldan ya CDU, CSU y SPD. El jefe del conservador Consejo Económico de la CDU, Kurt Lauk, considera que esa iniciativa atenta directamente contra las promesas electorales de la Unión, ya que «puede dar la impresión de que se rompe la promesa de que no se elevarán los impuestos en la nueva legislatura».
En la formación que dirige Merkel se percibe también cierta insatisfacción por la resistencia de socialdemócratas y socialcristianos bávaros para aplicar de manera inmediata y total la normativa de la Unión Europea sobre el almacenamiento de datos de comunicaciones telefónicas e informáticas. Sin embargo, no todo son disputas. Parece haber acercamiento en el complicado tema de la doble nacionalidad que reclaman los socialdemócratas para los ciudadanos extranjeros que residen desde hace años en Alemania y no quieren perder el pasaporte de su país de origen.
«Nacionalidad durmiente»
La ministra de Estado de Integración y correligionaria de la canciller, María Böhmer, ha propuesto como solución salomónica la llamada «nacionalidad durmiente». Este modelo contempla que los interesados en la ciudadanía alemana no deban renunciar a la propia cuando consiguen el pasaporte germano. La iniciativa contempla que estará activo en cada momento el pasaporte del lugar de residencia, mientras el otro «duerme», aunque para que la propuesta sea efectiva habrá que llegar a acuerdos bilaterales con los distintos países de origen.
En cualquier caso, lo que parece claro es que Merkel quiere que sus negociadores aceleren las conversaciones con los socialdemócratas para cumplir con el calendario previsto y que el acuerdo para una reedición de la 'gran coalición' entre las dos principales formaciones de Alemania esté listo a finales de noviembre, de manera que el nuevo Gobierno se constituya y jure su cargo ante el presidente federal, Joachim Gauck, antes de Navidad.
Eso sí, la última palabra para que conservadores y socialdemócratas celebren un nuevo «matrimonio de compromiso» la tienen los 470.000 afiliados del SPD, que, en diciembre y si el calendario de las negociaciones se cumple, tendrán dos semanas para emitir su voto por correo y decidir en referéndum si están de acuerdo en que su formación se ponga el vestido de novia.