Economia

Nadal, Alonso, Gasol... ¿inician su camino hacia el parqué bursátil?

Un jugador de fútbol americano saldrá a cotizar y la fiebre deportiva española hace pensar que aquí también ocurrirá

MADRID. Actualizado: Guardar
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¿Deportistas cotizando en Bolsa? Hasta ahora los inversores podían trasladar a la Bolsa su pasión por el deporte a través de dos índices bursátiles, el Stoxx Europe Football, que agrupa a los clubes de fútbol cotizados en Bolsa, y el Stoxx Global Grand Prix, que incluye a las compañías que participan en el Mundial de Fórmula 1. Ahora se da un paso más: serán los propios deportistas los que coticen en el parqué. El primero es Arian Foster, jugador de fútbol americano de los Houston Texans. A cambio de siete millones de euros, la «start up» Fantex sacará a cotizar una participación del 20% de su contrato actual, de sus ingresos por patrocinios y de lo que gane por sus actividades relacionadas con el deporte cuando se retire.

Esta operación, que se realizará en Wall Street, ¿es posible en España? «Sí», responde Félix Plaza, socio de Sports & Entertainment de Garrigues. «Se puede crear una sociedad a la que se cedan los contratos del deportista». Y ésa sería la empresa que saldría a cotizar, pero siempre que se cumplan los requisitos que la CNMV exige en cualquier oferta pública de venta (OPV). Como resume José Luis Sánchez de Valderrama, catedrático de Economía Financiera en la Complutense, son: patrimonio tangible y suficiente (de 6 millones de euros al menos), liquidez y viabilidad futura.

Monetizar... ¿A qué precio?

Para el deportista sería beneficioso, porque como comenta Valderrama, monetizaría sus contratos. Pero una de las precauciones que debe tener el inversor, como en cualquier otra OPV, es el precio de salida al parqué y qué escenario de futuro recoja. De ello advierte Javier Urones, de XTB. Para dar potencial a la inversión, habría que realizar una valoración conservadora de la futura generación de rentas del deportista. También hay que ver lo que la sociedad hará con sus ingresos: si los repartirá como dividendo o si una parte se invertirá en otros negocios como el inmobiliario. Si hace lo segundo, la sociedad se convertiría en una generadora de rentas.

España es una potencia mundial en deportistas de élite de las más prestigiosas disciplinas. Los inversores tendrían dónde elegir. Pero, ¿qué deberían tener en cuenta para apostar por uno o por otro?, ¿cuáles son los deportistas con mayor potencial alcista en el parqué?

Benito Pérez y Pablo Burillo, ambos miembros del Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Camilo José Cela, dicen que las características que determinan el valor de un deportista son: el salario, los premios, la publicidad y los derechos de imagen, la calidad técnica, que tenga un buen oponente (Cristiano y Messi se necesitan), la madurez, una vida privada intachable, la simpatía, la belleza, su capacidad icónica... Y, por supuesto, la presencia en redes sociales, factor valorado por las marcas. Estos serían los «fundamentales» del deportista. Y, como dice el abogado Juan Ramón Montero Estévez, debe mover masas. Así se asegura una buena base de inversores.

Ahora mismo Rafael Nadal sería el número uno, aunque ha tenido muchas lesiones. Y puede comenzar a perder. Pero, en su caso, como comentan los profesores de la Universidad Camilo José Cela, es posible que cuando le abandone el éxito deportivo podrá continuar teniendo contratos publicitarios, dada su gran imagen pública, ligada a los más honorables valores humanos, incluso a la «Marca España». Urones coincide: «Como es uno de los mejores deportistas de la historia, cuando deje el tenis, tendrá algún cargo». Eso, como mínimo. Porque esta sería una apuesta «value», es decir, una «commodity», una inversión generadora de rentas. También están en esa misma situación Pau Gasol o Fernando Alonso.

En el fútbol, además de Cristiano y Messi, Casillas, Fernando Torres, Iniesta y Xavi Hernández serían los que tendrían más tirón. Entre los deportistas más consolidados, Roberto Moro, de Apta Negocios, añade más nombres: Jorge Lorenzo, David Ferrer y Sergio Ramos.

Pero también hay valores emergentes, como Marc Márquez, con juventud y buena imagen pública. Su riesgo es que Moto GP, como dice Benito Pérez, no es un deporte global: su área de influencia está compuesta, básicamente, por España, Italia, Japón y EE UU. Entre las nuevas figuras está también Ricky Rubio, que pese a jugar en un equipo de poco peso en la NBA, tiene tal atractivo personal que aparece en cuatro de cada cinco anuncios publicitarios en EE UU, aunque tiene el riesgo de encasillarse si permanece mucho tiempo en el mismo club. Hablando de baloncesto, no hay que olvidar al hermano pequeño de Gasol. Urones también propone futbolistas como Isco o Ander Herrera. Gerardo Ortega, colaborador de CMC Markets, insiste: «Isco puede llegar muy alto y valer mucho dinero». Roberto Moro añade otros nombres: Oliver Torres y Pol Espargaró. ¿Se imaginan haber invertido en Raúl hace veinte años?

Los riesgos de la inversión

A la hora de valorar los riesgos de esta inversión, Urones resalta que su valor podría llegar a cero por una lesión irreversible o un escándalo en la vida privada del deportista, sobre todo si le cierra la posibilidad de continuar en el mundillo. Por ese riesgo, Ortega, dice que no es una inversión apta para todo el mundo y que él no invertiría en sociedades cuyo subyacente fuera un solo deportista. Es un negocio muy poco predecible, según Montero Estévez. Pero Ortega lanza la siguiente pregunta al aire: «¿Qué inversión más segura que Tiger Woods?». También lo era Lehman Brothers... Aunque hay una diferencia y la pone de relieve Valderrama: «El deporte no es una actividad lo suficientemente seria como para que cotice en Bolsa». Y Burillo y Pérez apuntan que hay demasiado de emocional en el deporte, lo que evita que éxito deportivo y resultado económico vayan siempre a la par.

Urones comenta que no habría que apostar en una inversión de este tipo más del 5% de la cartera. En general, recomienda no destinar más de un 10% o un 15% a inversiones alternativas tipo «hedge funds», materias primas o arte. Y Moro coincide más o menos: dice que él no destinaría más de un 7% o un 8% a estos activos.

De todas formas, serían más seguros los fondos que ya invierten en jugadores, cuando se abran al público (que lo harán).