Antonio Muñoz Cuenca

«Aquí no cuidamos el patrimonio»

Recibirá el día 29 el Tresantié de Plata, premio otorgado por la asociación cultural Razzia Artis a toda una vida promocionando la cultura y el patrimonio

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Antonio Muñoz Cuenca, 'Muñoli' para muchos y 'Antoñito el de María' para los que le vieron nacer hace ya unos cuantos años en Santa Clara, recibirá el Tresantié de Plata el próximo 29 de noviembre, galardón otorgado por la asociación cultural Razzia Artis a toda una vida dedicada a la promoción cultural. Antonio Muñoz, es un polifacetico portuense que habla de las diversas facetas que tuvo en su vida y de como defendió la cultura, viéndose ahora recompensado.

-Ha sido galardonado con el Tresantié de Plata, ¿qué siente?

-Yo no esperaba nada, prácticamente estoy un poco, sólo un poco, retirado de la circulación. Puedo decir que soy profeta en mi tierra. Este Tresantié de Plata nunca viene mal, a nadie le amarga un dulce.

-Ha sido un gran defensor del patrimonio portuense, ¿cree que se mantiene en la actualidad?

-Estaba mal, pero ahora está peor porque no hay una política de defensa del patrimonio. Será por muchos motivos o porque no hay dinero. Por ejemplo, no hay planes de adecentamiento del Barrio Alto o del Centro, que dan pena.

Hablar de esto es muy difícil, los portuenses no cuidamos lo nuestro, no estamos mentalizados para mantener nuestra ciudad. Hay que educar al portuense, por eso gran parte de la culpa la tenemos los ciudadanos.

-¿Por qué esa relación de amor con la cultura?

-Porque me gustaba, me lo inculcaron desde pequeño y además yo soy muy creativo. Siendo concejal de Cultura, creé el Museo Arqueológico con muy poco dinero, fui a Madrid y me traje al director general de Bellas Artes y a unos cuantos más. Me gusta mucho leer, escribir, crear cosas. Con poco dinero traíamos orquestas sinfónicas, hacíamos obras de teatro y exposiciones artísticas por las calles. Éramos muy creativos.

-¿Cómo se catalogaría si hubiera sido alumno suyo?

-Yo era un profesor normal aunque duro. Necesitaba la dureza, porque con ella aprendía a ver cómo era la vida. Por otra parte, algunas veces me equivoqué con alumnos y lo lamento una barbaridad. En ciertas ocasiones he visto alumnos por la calle y les he pedido perdón por si me equivoqué con ellos, lo han entendido.

-¿Qué hubiera sido en vez de profesor?

-Ni lo sé, yo de pequeño era un golfillo pero en la escuela cumplía y por ello los jesuitas me llevaron a un internado a Úbeda. Me dieron lo más preciado para mi, cultura y espíritu de sacrificio.

-Ha sido profesor, fundador y director del Orfeón, político, presentador de TV y escritor ¿Qué es lo que más le gustó?

-Lo que más me ha gustado de todo ha sido la música, digamos que me gustaría seguir dirigiendo pero la música desgasta mucho. Yo era muy exigente conmigo mismo. Enseñaba al alumno a interpretarla y a meterse en la vida del personaje que componía la obra. Ha sido muy gratificante.

-Fue político en el primer gobierno democrático de El Puerto, ¿Cómo vivió aquello?

-Con mucha ilusión, pensábamos arreglar el mundo, fuimos aprendiendo con el tiempo, nos dedicábamos hacer lo que pensábamos que podía mejorar la vida de los ciudadanos. Todos los que habíamos entrado en el Ayuntamiento éramos amigos, cuando terminábamos los plenos nos íbamos a comer, a tomar una cerveza o incluso a la playa. Nosotros hicimos un pacto de izquierdas, yo era del PA y fue con el PC y PSOE, y por otro lado estaban los de UCD, que eran unos caballeros, no habían esas peleas que hay ahora.

-Desde su experiencia, ¿por qué hay tanto desencanto con la política?

-Está clarísimo, se ha hecho de la política una profesión y nadie quiere dejar el sillón porque supone perder mucho dinero. Los políticos se premian a ellos mismos. El mayor problema que tiene España, a parte del paro, es la clase política. No se convencen de que el cargo es temporal. España es de los pocos países que un tío puede empezar barriendo la sede del partido y terminar de ministro, no importa si no está preparado.

-De todos los cargos que ha tenido, ¿se arrepiente de algo?

-Me arrepiento de muchas cosas, por ejemplo, debido a todo el trabajo haya tratado mal algunas personas. Amigos que me conocen me dicen que la política me cambió. posiblemente, y me cambió para mal. También haber abandonado un poco a mi familia, a mi hijos los crió mi mujer. Yo llevaba todo para delante, era tremendo y eso hizo que me equivocara en algunas cosas. Me arrepiento muchísimo.

-También, se embarca en TelePuerto, ¿cómo llega a este puesto?

-Yo me había jubilado y me llamó el presidente de TelePuerto pidiéndome hacer un programa dándome libertad absoluta, así empecé. La verdad es que me gusto. A partir de ahí realicé varios programas totalmente nuevos, haciendo lo que siempre había soñado, mostrar El Puerto, sus casas, palacios.

-¿Cuál será su próximo proyecto?

-Tengo en mente una novela sobre la muerte, debido a que yo vivía en la calle Santa Clara, y por entonces era por donde pasaban todos los entierros. A mí la muerte me ha marcado.

-Usted escribió dos libros¿Quién es su escritor favorito?

-Mi tocayo, Antonio Muñoz Molina, es magnífico.