Massa, la peor pesadilla del kirchnerismo
BUENOS AIRES. Actualizado: GuardarCon casi cuatro millones de votos, el alcalde de Tigre, Sergio Massa, de 41 años, se convirtió el domingo en la peor pesadilla para el kirchnerismo. La nueva estrella de la oposición, que se postulaba para diputado nacional y obtuvo una victoria contundente, niega estar pensando en las presidenciales de 2015, pero ya luce como flamante candidato en esa todavía larga carrera.
Massa fue jefe de Gabinete de Cristina Fernández, pero desde la alcaldía se fue alejado del kirchnerismo, que no le dio el espacio que reclamaba. Hace unos meses se lanzó a las legislativas como líder de un nuevo partido opositor, el Frente Renovador, conglomerado de alcaldes peronistas de la provincia de Buenos Aires alejados de Cristina Fernández.
En las primarias de agosto había obtenido un 35% de apoyos, sobre el 29,6% de su contrincante, el kirchnerista Martín Insaurralde. Pero en dos meses de intensa campaña, Massa robó votos a casi todos sus competidores y el domingo se alzó como el más votado a nivel nacional, con un 43,9% de respaldos (3,8 millones de votos).
El joven alcalde basó su discurso en la idea de superar las ideologías que dividen y centrarse en las necesidades del ciudadano de a pie. Su campaña prometió trabajar contra la inseguridad, el narcotráfico y la inflación, temas que difícilmente puede empujar desde la cámara baja con apenas 19 diputados sobre 257 -sumando a aliados del peronismo disidente-.
De pasado liberal y conservador, Massa recaló en el peronismo y fue funcionario del fallecido expresidente Néstor Kirchner, y luego de Cristina. Pero después de las revelaciones de Wikileaks en las que se conocieron sus críticas a Kirchner en la Embajada estadounidense, Cristina Fernández lo desterró de su entorno. Massa había dicho que Kirchner era «un psicópata, un monstruo y un cobarde».
Para forjar una oposición más vasta, el alcalde intentó hasta último momento convencer al gobernador de la provincia, Daniel Scioli, de abandonar el kirchnerismo, donde el mandatario tampoco tenía un lugar en el que crecer. Pero Scioli se quedó, y ahora probablemente se enfrentarán si ambos se anotan en la carrera por la presidencia para 2015.